Andalucía

La recuperación económica se acompaña de un repunte de la siniestralidad laboral

  • Los accidentes en el tajo crecen en un 8,5% desde 2013, un punto por debajo del aumento en el número de afiliaciones a la Seguridad Social

  • Preocupan las patologías no traumáticas

La recuperación económica tiene una cara oculta que las administraciones públicas no tienen claro cómo atajar. Desde 2013 la siniestralidad en el trabajo no deja de crecer en Andalucía después de varios años descendiendo. Concretamente lo ha hecho en un 8,5%. El aumento es muy similar al que ha experimentado en el mismo periodo la afiliación a la Seguridad Social, un 9,8%, mientras que los años de descensos se correspondían con los de mayor destrucción de empleo.

En 2016 hubo 94.690 accidentes laborales en Andalucía, la inmensa mayoría leves. Si se descuentan los que se produjeron in itinere, es decir, los que se produjeron en el camino de idea o vuelta al lugar de trabajo, fueron 81.896 los siniestros. Tomando como referencia el año anterior, los números también crecieron, aunque no en todas las categorías: los leves y los mortales imitaron el repunte general que comenzó en 2013 y los graves descendieron tras varios años de altibajos.

Pero hay mucho más detrás de los números. El 42% de los accidentes mortales que hubo en 2016 se debieron a patologías catalogadas como no traumáticas. Son los infartos o los derrames cerebrales, que según la Dirección General de Relaciones Laborales y Seguridad y Salud Laboral de la Junta "no suelen ser directamente imputables a condiciones de seguridad laboral".

El diagnóstico de CCOO difiere del realizado por la Administración autonómica. Su responsable de Salud Laboral y Medioambiental, Nuria Martínez considera que estas enfermedades "tienen mucho que ver con las condiciones laborales". Se trata del año histórico con más accidentes relacionados "con el corazón, el cerebro y los vasos sanguíneos" y desde el sindicato lo achacan al "cóctel brutal" que forman "los ritmos y cargas de trabajo, el estrés para conciliar, el alargamiento de las jornadas y el miedo a perder el empleo".

La actual composición del mercado de trabajo, un alto índice de temporalidad, provoca también un fenómeno llamativo: la escasa antigüedad en la empresa de los empleados fallecidos durante su jornada en 2016. Más de la mitad de las muertes -54 de 97- se registraron en personas que no llegaban al año de contrato; mientras que casi un cuarto -25- no habían cumplido un mes en la compañía. "Pero lo más grave es que para siete de ellos era su primer día de trabajo", apunta Martínez. La dirigente sindical argumenta que, sobre todo en el caso de esos siete debutantes, los trabajadores "no conocían bien los riesgos del puesto porque no se les había dado la formación y el acompañamiento necesario para su puesto".

Accidentalidad con baja en jornada de trabajo Accidentalidad con baja en jornada de trabajo

Accidentalidad con baja en jornada de trabajo / Departamento de Infografía

Eso contrasta con algunos datos proporcionados por la Junta. Por ejemplo, el consejero de Empleo, Empresa y Comercio, José Sánchez Maldonado, aseguró a principios de febrero que las compañías de la región realizan "una mayor actividad preventiva". La Encuesta sobre Gestión Preventiva en las Empresas andaluzas revela que los avances se han producido, sobre todo en la construcción y en la industria, pero es el sector servicios es donde más accidentes se producen. "Desgraciadamente estamos acostumbrados a que las empresas no impartan la formación inicial y simplemente exigen al trabajador que firmen un certificado que lo constate", añade Martínez.

El tamaño de las empresas es otro factor que incide de forma relevante en la prevención de riesgos laborales. 42 de los 97 fallecidos en 2016 durante la jornada laboral trabajaban en compañías con una plantilla formada por menos de diez personas. Según la responsable de CCOO, los empleados de pequeñas empresas están "desprotegidos ante los abusos" de sus patrones, ya que "no tienen delegados de prevención que los defiendan".

La solución, según el sindicato, pasa por aumentar el número de inspecciones -dependientes del Estado-, pero también por aumentar el número de sanciones. "Somos la tercera comunidad de España en siniestralidad y ocupamos el puesto 11 en actuaciones derivadas de incumplimientos en materia de prevención de riesgos laborales. Algo falla", lamenta Martínez, que también apremia a la consejería de Empleo a que de un impulso a sus políticas en este ámbito.

La responsable sindical se refiere a la aprobación de la Estrategia Andaluza de Seguridad en el Trabajo 2017-2022, que está ahora ultimando la Dirección General de Relaciones Laborales y Seguridad y Salud Laboral. Desde que caducó el anterior plan quinquenal, en 2015, el departamento que dirige Jesús González se valió de un plan de refuerzo todavía vigente y que intenta paliar el crecimiento de la siniestralidad. Para conseguirlo cuenta con medidas como el programa Alerta accidentes que supervisa la labor de empresas que hayan registrado un accidente mortal o más de uno de carácter grave.

En el último año, la Junta ha intensificado la labor del cuerpo de técnicos habilitados. Estos funcionarios autonómicos realizan una labor complementaria a la que lleva a cabo la Inspección de Trabajo. Su objetivo es verificar que se cumple la normativa y, en caso contrario, notifica al empresario para que pueda subsanarla. Si no se soluciona el problema, el técnico de la Junta informa a los inspectores estatales para que actúen. En 2016, estos empleados autonómicos realizaron 5.138 visitas a 2.305 empresas.

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