En otra sesión más del tratamiento de choque que el secretario general del PSOE andaluz viene aplicando a su partido desde la aciaga jornada del 22-M, José Antonio Griñán se esforzó ayer, en su intervención durante el comité director, en transmitir que, de una vez por todas, hay que dejar el luto por lo ocurrido en las pasadas elecciones municipales, que fueron "muy duras".

De lo que se trata hora, arengó Griñán a los miembros del comité director, es de levantar "una sola vez", la socialista, para combatir las "mentiras e infamias" del Partido Popular, una formación política que, a juicio del dirigente socialista, "no ha ofrecido ni una sola propuesta" en todo este tiempo. El secretario general del PSOE-A admitió también, en su discurso, que el partido incurrió en el error de no saber transmitir el mensaje que requerían las circunstancias de unas elecciones que, "por error", todos convierten en "un anticipo" de las elecciones generales.

Los resultados del 22-M dinamitaron "tres suelos" sobre los socialistas se han venido sosteniendo históricamente y en los que creían estar "bien asentados"; esto es, por primera vez el PSOE no ha sido la primera fuerza en la comunidad autónoma, por primera vez los votantes que le han vuelto la espalda no han otorgado su voto a otra fuerza de izquierda o se han decantado por la abstención, sino que han escogido la papeleta del PP, y por primera vez la movilización social -con grandes dosis de desencanto- ha beneficiado a los populares.

Con todo, Griñán encontró un tablón entre los restos del naufragio para asegurar que esa victoria de su adversario en los comicios municipales no significa que el PP se hubiese hecho, en el caso de una traslación de los resultados, con el gobierno autonómico. Lo más importante de esa cita electoral es que se ha producido un "mensaje que tenemos que escuchar", insistió Griñán, que recordó a los suyos que el partido del que forman parte es el que conecta con un "espacio social mayoritario".

Desde esa máxima, el dirigente del PSOE-A pidió a los socialistas que se organicen en el mensaje y en su difusión. "Un socialista, una voz; todos los socialistas, una misma voz". Griñán reconoció la fortaleza del partido en la unidad de acción, pero admitió su debilidad en el debate orgánico. "La unidad y la cohesión interna no es sólo un valor orgánico, sino que es sobre todo un valor político", dijo.

Griñán atacó al PP, al que acusó del ejercicio del "doble lenguaje, la hipocresía, las mentiras y la falta de escrúpulos. Sólo quienes se consideran por encima de los demás se excluyen de las reglas de comportamiento que ellos mismos predican, ya sea en sueldos, incompatibilidades, alianzas políticas o en la consideración de la presunción de inocencia". Griñán recriminó al PP que pretenda llegar al gobierno de la comunidad por el hecho de que sean "muchos" los 30 años de poder socialista y ahora, simplemente, sin tener en cuenta los ocho procesos electorales que ganó el PSOE, le toque el "turno".

Griñán alertó de que la derecha que aspira a llegar a la Junta es la que pretende dar la vuelta a muchos de los principios que movilizaron a los andaluces y españoles, cuestionando ahora el Estado de las Autonomías y el sistema de protección social. El líder de los socialistas andaluces arremetió, en este sentido, contra el "nacionalismo centralista" de los populares y el "nacionalismo periférico" que abandera CiU en Cataluña.