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La devoción que se mantiene tras la muerte

Herencias: los legados de las hermandades

  • Muchas personas dejan sus bienes a las cofradías. El Gran Poder ha recibido recientemente una de origen francés.

Una práctica muy frecuente. Las hermandades reciben habitualmente legados de fieles, devotos o hermanos que tras su fallecimiento dejan sus bienes y posesiones, o algún dinero en metálico, a la cofradía e imágenes de su devoción. Estas corporaciones religiosas no están sujetas al pago del impuesto de Sucesiones y Donaciones por tratarse de personas jurídicas y así estar inscritas en el Registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia.

El Gran Poder es una de las corporaciones que más herencias recibe por la enorme devoción del Señor; la última, de una señora francesa que legó una importante cantidad en metálico a la hermandad. Problemas burocráticos con la Hacienda del país galo han dificultado un proceso que en España está muy tipificado. "Esta señora falleció hace cinco años. Tenemos que acreditar que la hermandad está exenta de pagar los tributos, así que ahí andamos con estos problemas burocráticos. Es otro país con un ordenamiento jurídico distinto al nuestro", explica el hermano mayor, Enrique Esquivias.

En la Basílica de San Lorenzo están acostumbrados a recibir herencias, "la Virgen del Sagrario, una obra muy buena de Pedro de Mena, es un legado de un hermano que falleció sin descendencia". También muchas donaciones en vida, pero el caso la señora francesa es significativo por la historia que encierra. En su juventud había vivido en Sevilla y se hizo muy devota del Señor gracias a una familia muy vinculada a la hermandad. "Mantuvo esa devoción con el paso del tiempo. Aunque en la hermandad nadie la recuerda en vida. Sí a través de esta familia. Otra disposición de su testamento es que fuera enterrada en Sevilla".

El notario Antonio Ojeda, recientemente jubilado, ha sido partícipe durante sus años profesionales de numerosas legaciones. "Todas las hermandades y entidades religiosas suelen recibir herencias y legados, sobre todo cantidades en metálico que oscilan entre los 6.000 y los 12.000 euros. Es muy frecuente que personas que disponen de un patrimonio importante dejen parte de sus bienes a las cofradías para sus obras asistenciales, aunque también tengan hijos". Ojeda, que fue el primer presidente del Parlamento de Andalucía, recuerda el caso de un señor de un pueblo de Jaén que dejó en herencia su casa a una cofradía pero con la condición de que la utilizara como centro para educar a los niños que lo necesitaran: "Era una vivienda de estas importantes de pueblo. Con categoría. La hermandad tuvo que renunciar a la herencia porque le era imposible cumplir la premisa que había dejado el legatario". Este notario aplicó siempre a las hermandades y entidades religiosas la práctica que desde el siglo XIX se hace con los partidos políticos: no cobrarles los aranceles estipulados.

En Sevilla hay otro caso muy reciente de una herencia en el Museo. Una persona muy conocida en la corporación nombró a la hermandad heredera universal de sus bienes. Con parte de lo que se recibió se ha hecho una obra en la sacristía. "Queríamos que el legado se reflejara en algo tangible y que se recordara siempre. Ya se hizo la primera fase y un cabildo de hermanos aprobó que, cuando se pueda vender el piso que era de esta persona, se acometa la segunda. Así, en esta reforma quedará siempre su nombre", señala Javier Sobrino, que era hermano mayor cuando se recibió la legación.

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