Un experimento fallido. La tradicional Sevilla, acostumbrada, sobre todo en lo cofradiero y relativo a las procesiones, a no variar ni un ápice su modo de proceder, vivió un hecho histórico  en 1973 que no volvería a repetirse. La procesión del Corpus Christi, que desde siempre se celebró por la mañana bien temprano, pasó a desarrollarse por la tarde-noche para buscar una mayor implicación de los fieles y tratar de revitalizar una procesión que no atravesaba, ni mucho menos, por un momento de esplendor, más bien todo lo contrario. La salida del cortejo se produjo a las ocho de la tarde por la Puerta de San Miguel de la Catedral, y también se varió el recorrido. Una hora más tarde salía la custodia de Arfe, para volver al Templo Metropolitano alrededor de las 22:30, como narran las crónicas de la época.

La procesión no obtuvo el respaldo que se esperaba del público ni se desarrolló con el esplendor debido, pues hubo numerosos fallos organizativos. Aquel año, la procesión tuvo lugar a las puertas del verano y también fue, sin duda, otra de las causas del experimento. Se quería evitar el calo excesivo. La delegación de Relaciones Públicas del Ayuntamiento anunciaba el cambio mediante la siguiente nota: "Los cabildos Metropolitano y Municipal deseosos de dar a la festividad del Santísimo Corpus Christi, y de manera muy singular a la solemnísima procesión  que constituye el centro de la misma, el esplendor y el carácter que desde tiempo inmemorial ha tenido en nuestra ciudad, teniendo en cuanta las peculiares características de nuestro tiempo y buscando la máxima participación del pueblo de Sevilla en este magno homenaje al augusto sacramento del altar, han estimado conveniente introducir algunas modificaciones que afectan de manera sustancial al horario e itinerario del desfile procesional".

Francisco Yoldi, actual hermano mayor de Montserrat, formó parte aquel año por primer vez de la organización el Corpus. Tenía 16 años y lo seleccionó Juan Castro Nocera: "Me llamó para que me encargara de las hermandades de penitencia. Yo recuero que fue un desastre. Al llegar a la Plaza de San Francisco las hermandades se fueron alineando para esperar a la custodia. Las primeras tuvieron que esperar casi una hora y media. Allí hubo un acto eucarístico y luego se emprendió el regreso por Hernando Colón". Yoldi relata que la modificación horaria no repercutió en una mejoría del público, que era lo que se buscaba. Entonces, el cortejo no llegaba ni a las 800 personas. "La participación de las cofradías era muy escasa. Hasta los años 80 no empezaron a salir con fuerza".

La crónica publicada el día 22 por el diario Abc da cuenta del rotundo fracaso de esta prueba vespertina. "EL experimento no ha dejado muy satisfechos a la gran mayoría de los sevillanos". El cronista añade que los pasos de la procesión y la propia custodia con el santísimo "son para verlos con la propia luz del día". Se dio también la circunstancia de que muchas hermandades con sus insignias y cirios buscaban su ubicación en el cortejo una vez que éste ya había salido.

Al año siguiente, tras constatar el fiasco, se retomó el horario y el recorrido habitual.