Se lo pregunta el aficionado de a pie, lo cuestiona públicamente José María del Nido y también medita sobre ello el propio Míchel. ¿Por qué ese Sevilla arrollador, convencido, poderoso, sólo se muestra en determinados partidos y únicamente da esa imagen en Nervión? El entrenador sevillista no se cansa de pedirles a los suyos intensidad, tensión, nervio, convicción... Lo hizo aquel viernes aciago en Vigo, la mañana dominical de Zaragoza o la tarde lluviosa de Bilbao y su equipo respondió de la peor forma, sin cogerles el pulso al rival ni al encuentro y, lógicamente, cayendo derrotado. Ahora se le presenta una gran ocasión para mandar al traste esa imagen pusilánime aprovechando el empuje anímico del derbi y también que enfrente tendrá un rival de empaque. Y Míchel insistirá más que nunca en ello, pese a la baja de Negredo y a que tiene la medular cogida con alfileres.

La idea del cuerpo técnico es aparcar la merma en el centro del campo y convencer a su equipo de que, juegue quien juegue, debe actuar bajo el patrón que ya mostró ante el eterno rival y, más atrás en el tiempo, frente a Madrid o Barcelona. Se trata, pues, de una cuestión de mentalización, aunque no hay que obviar que la tarea parece más ardua que en otras ocasiones.

De entrada, Míchel no puede contar con Medel porque el chileno sigue en la línea de ser uno de los jugadores más amonestados de la Liga y se perderá su tercer partido por sanción, el primero por acumulación de amarillas tras su excesivo castigo de dos encuentros por la roja ante el Barça. Entonces, Míchel solventó su baja acudiendo a Campaña y Kondogbia en Vigo, aunque cambió el dibujo habitual y puso a Babá con Negredo. Ahora el joven medio francés anda entre algodones y Míchel no sabe si está en plenas condiciones para suplir a Medel.

Kondogbia se perdió el derbi por una distensión en el tobillo y aún lo tiene algo inflamado, aunque este jueves ya completó la sesión vespertina. Su elasticidad y su fisiología invitan a ser optimista al entrenador, aunque no las tiene todas consigo porque también está renqueante una pieza básica: Maduro. El medio de cierre acabó el derbi con una contractura en el músculo tibial anterior izquierdo y, pese a no estar descartado, su estado dirá de qué modo puede emplearse en un partido de alta tensión y mucho contacto como el que se prevé en el Vicente Calderón. Campaña es alternativa a ambos, pero el canterano no ha respondido a las expectativas en sus últimas comparecencias. Así pues, la mentalización aludida debe acentuarse más que nunca.

Pese al estado renqueante de la medular y las bajas de Medel y Negredo, Míchel no cambiará el dibujo ni la idea de juego. Quiere que los suyos sigan presionando arriba para amedrentar al rival. El Sevilla no sabe especular, pero tampoco puede quedarse a medias en esa filosofía de buscar al rival porque eso es letal. Ahora que parece haber arreglado el problema de la banda izquierda, dándole el sitio a un Reyes dinámico y libre, se encuentra Míchel que debe afrontar el reto de la intensidad sin tener a todas las piezas disponibles. La mentalización será clave.