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Permanencia es la palabra

  • El Sevilla, con peores sensaciones incluso que los pobres 22 puntos de la pésima primera vuelta, debe empezar a organizar su lucha por evitar el descalabro.

El Sevilla acaba de firmar la peor primera vuelta de la era de José María del Nido. La derrota en Mestalla, algo normal en otras circunstancias, es una amarga guinda para una vuelta en la que, más aún que los paupérrimos 22 puntos acumulados, asusta la trayectoria descendente y la peligrosa dinámica que se atisba. Atendiendo estrictamente a los números, el primer Sevilla de Del Nido firmó los mismos 22 puntos en los primeros 19 partidos de la temporada 02-03, pero entonces el equipo estaba hecho, y preparado, para luchar en el barro. No se intuían siquiera los tiempos de gloria y la cúpula ejecutiva, el cuerpo técnico, la plantilla y la afición estaban preparados para apretarse los machos, remar todos en la misma dirección y asumir como algo natural la palabra permanencia. Ahora la situación es muy distinta, de ahí su peligro sordo.

Aquellos 22 puntos sumados por los hombres de Caparrós con sangre, sudor y lágrimas en la campaña 02-03 no pueden ser referencia para el Sevilla actual. Entonces, acumulaba 5 victorias, 7 empates y 7 derrotas, con un balance goleador de 15 goles a favor y 15 en contra; es decir, que los números eran superiores a los de ahora. Con Míchel, el Sevilla tiene el peor bagaje goleador desde el último descenso, en la campaña 99-00. Sólo ha ganado 6 partidos, ha empatado 4 y ha perdido 9, con un balance negativo de -5, debido a los escasísimos 23 goles a favor frente a los 28 en contra. Y lo peor del caso es que la línea del equipo es descendente y nadie asume la responsabilidad ni da con la tecla. Los discursos parecen agotados por mucho que Monchi crea que el 90% de las plantillas que están por encima del Sevilla en la tabla son inferiores o que Míchel hable de la responsabilidad de los jugadores sin acordarse de la suya propia. El madrileño no convence ya a casi nadie y sólo la economía del club lo mantiene en el cargo, pues es el que peores números acumula con Del Nido, que ya destituyó a tres con mejores dígitos.

La frase con la que Monchi defendió que el fútbol y las posibilidades de la plantilla eran muy superiores a lo que se veía en la clasificación se fundamenta en los nombres y en ciertos datos objetivos. En Mestalla cayó derrotado sin objeción un equipo con siete internacionales en activo (Spahic, Kondogbia, Medel, Rakitic, Jesús Navas, Stevanovic y Negredo), más otros tres, como Diego López, Reyes o Fernando Navarro, que lo han sido años atrás. De los 15 futbolistas que defendieron el escudo del Sevilla sólo Babá y Cicinho no han saboreado las mieles de la selección en sus respectivos países. Pero, ¿forma ese grupo de futbolistas una estructura de equipo con mínimas garantías? Es una de las preguntas que el aficionado sevillista de a pie se hace en su análisis de la situación del equipo.

La idea de partida de luchar por Europa empieza a antojarse en el ecuador del curso no ya utópica, sino peligrosa. Con el equipo a 9 puntos del sexto y a 6 del decimoctavo, siempre que el Granada no puntúe hoy en Getafe, el club, el cuerpo técnico y la plantilla deben reconducir la idea inicial y adaptarse a la dura y cruda realidad.

El Sevilla lleva el peor balance como visitante del siglo, a excepción de la aciaga temporada 07-08, en la que sumó sólo 5 puntos en la primera vuelta por los 6 de ahora. Un triunfo, en Riazor, dos empates y seis derrotas son sus pobres números a domicilio. Es incapaz de ganar fuera y ha de empezar a cambiar su filosofía. Ya que no gana, al menos debe aprender a no perder para que el rival no sume.

La peor crisis de la era Del Nido tiene mucho que ver con la fallida planificación, en la que es muy discutida la política de cantera. Por tercer año consecutivo, Monchi ha tenido trabajo extra en invierno y todavía le queda labor después del fichaje de Stevanovic y las cesiones de Luna y Bernardo. Son muchas las incógnitas por desvelar de aquí al 31 de enero, porque el club no sólo necesita hacer una gran venta para cuadrar unos números hechos para ser refrendados en Europa. El futbolista que está más próximo a ofrecer ese traspaso de auxilio es Fazio, pero el equipo necesita energía en la defensa con o sin el argentino. Y en el capítulo goleador, el panorama es igual de desolador. En Liga, sólo Rakitic y Fazio, con 3 goles, acompañan a Negredo, que suma 8. Frágil, sin patrón ni pegada, el Sevilla debe reinventarse para sobrevivir a su peligrosa crisis de identidad en la segunda vuelta.

Sólo en los últimos descensos firmó una primera vuelta peor

Los 22 puntos sumados por el Sevilla al término de la primera vuelta tienen el parangón de la temporada 02-03, la primera de Del Nido al mando del Sevilla. Por debajo de esa puntuación sólo están ya las clasificaciones al ecuador del torneo liguero en los dos últimos descensos de categoría. En la temporada 96-97, con José Antonio Camacho aún al mando del equipo, el Sevilla llegó a la jornada 19 con 17 puntos, si bien la primera vuelta concluyó en la jornada 21, con 18, pues la Liga era de 22 equipos aún. Y en la campaña 99-00, con Marcos Alonso, el equipo blanquirrojo acumuló en el ecuador del curso apenas 16 puntos, por lo que era colista destacado. En la 03-04 tuvo una puntuación parecida, 25 puntos, y al final hubo clasificación europea.

Un triunfo, ante Osasuna, desde la vuelta de Diego López a la portería

 

El cambio en la portería del Sevilla no ha tenido un buen reflejo. Desde que el madrileño le devolvió el sitio de titular al gallego, que lo había perdido por su expulsión en la segunda jornada en Granada, el Sevilla sólo ha logrado en el campeonato liguero el agónico triunfo sobre Osasuna, en el primer partido del año. Tras la goleada que encajó Palop en el Vicente Calderón, Míchel le dio la titularidad en la Liga a Diego López con motivo de la visita a Nervión del Valladolid, que se llevó los tres puntos (1-2). Desde entonces, el Sevilla empató con el Espanyol allí (2-2), perdió con el Málaga (0-2), cayó en San Sebastián (2-1), ganó a Osasuna y sucumbió en Mestalla. Palop, desde la derrota con el Atlético, sólo jugó la eliminatoria de Copa ante el Mallorca.

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