el derbi sevillano · informe del Sevilla

Incapaz de que la técnica mande

  • La tibieza del equipo de rojo, que no fue con el necesario ardor a por el Betis, lo aleja de Adán. La movilidad e intensidad eran vitales para sofocar la presión e imponer el toque.

El Betis no tiró a la portería de Sergio Rico, el Sevilla dispuso de dos claras ocasiones ante Adán, mal resueltas por Gameiro. Pero no pusieron más los sevillistas que los béticos por llevarse el partido. El control de la situación, la capacidad para llevar el guión según tus intereses, fue más de los verdiblancos que de los de rojo. La clave, para los de Nervión, era imponer su evidente superioridad técnica. Y no lo hicieron porque no jugaron con la sangre hirviendo, que diría Joaquín Caparrós, el que algún derbi ganó desde el banquillo calentando los corazones de su tropa ante un Betis superior, entonces, cuando de tocar la pelota se trataba. Ayer, los papeles se intercambiaron.

Defensa

La movilidad e instinto de Dani Ceballos para acudir a las zonas donde más daño podía hacer terminar por obligar al Sevilla a dar un paso atrás en la primera parte. El joven mediapunta verdiblanco enardeció con su estilo canchero a la grada y a sus compañeros, desestabilizó mentalmente a los sevillistas y equilibró las fuerzas en cuanto el partido se fue más a lo físico y al corazón que a lo técnico. Ceballos, con sus conducciones y su juego en corto, solió maniobrar en el costado derecho, donde Konoplyanka tuvo que oficiar más de defensor -o al menos lo intentó- que de puñal. El estado febril de Ceballos, su cara de fanatismo en cada acción, contrastó con el gesto pétreo, rozando la indiferencia, del ucraniano. Fue un reflejo de por qué el Betis se fue acercando a la portería de Sergio Rico a medida que la primera parte avanzaba.

El Betis, empero, no tiró a portería. A diferencia de la ofensiva, la tensión defensiva del Sevilla sí fue la adecuada. Krychowiak echó una mano a los centrales, que no dieron medio metro a Rubén Castro. La falta de chispa de Joaquín lo hizo buscar zonas interiores, primero, y fijar más su posición arriba, luego, con querencia a la izquierda, pero en el repliegue el Sevilla cerró muy bien las líneas de pase al área. Sin Ceballos ni Joaquín y con el Betis replegado, apenas hubo inquietud atrás.

Ataque

En cuanto Banega puso la pausa, se asoció con Krohn-Dehli desde atrás y con Vitolo o Gameiro por delante, apareció el peligro. Como en ese primer mano a mano de Gameiro ante Adán. Pero fue un chispazo en la primera mitad. El Betis fue llevando el partido a lo físico, su ardor fue pleno en cada acción, poseyendo la pelota o no, y todo se niveló. Vitolo y Konoplyanka no actuaron con movilidad para recibir y tratar de encarar a dos laterales a los que podían hacer daño. Los desmarques a los espacios de Gameiro, bien vistos por Mariano y en una ocasión por Vitolo, llevaron peligro de verdad, pero el francés no dio continuidad, ya con la pelota, a sus movimientos.

Cuando el Betis bajó el tono físico y se replegó, tampoco hizo mucho el ataque sevillista por buscar acciones individuales en las que imponer su técnica. Reyes y sobre todo Llorente entraron tarde.

Virtudes

Cortó todas las líneas de pase a su área.

Talón de Aquiles

Jugó con la sangre tibia. Sólo tibia.

Uno por uno

Sergio Rico Muy concentrado en las salidas por alto, que fue su trabajo. No tan despierto en los saques de puerta rápidos.

 

Mariano Lo mejor, sus pases al desmarque de Gameiro a la banda. Peor al centrar al área.

 

Rami Sí jugó con la sangre caliente. Le hizo no bajar la guardia atrás y sacó la pelota.

 

Kolodziejczak Corrigió a Tremoulinas ante el tráfico que tuvo el Betis por allí.

 

Tremoulinas Muy incómodo atrás en la primera parte y el inicio de la segunda. Luego, trató de atacar. Sólo lo trató. 

 

Krohn-Dehli Empezó tejiendo fútbol por la zona derecha, pero el frenesí bético lo echó atrás. 

 

Krychowiak Si el juego se pone duro, ahí está. Vital para sofocar el arreón bético.

 

Vitolo No anda fino en controles y toques.

 

Banega Había que tocar más a la primera ante el eficaz acoso de los marcadores verdiblancos.

 

Konoplyanka Para que la distinción desequilibre, hay que trabajárselo. Y el ucraniano no le puso la mala uva necesaria. 

 

Gameiro Nada resolutivo.

 

Iborra Insustancial.

 

Reyes Ansioso y precipitado.

 

Llorente Hizo de pantalla.

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