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Al ritmo de Valbuena y en plena indefinición defensiva

  • El Lyon, irregular y débil por las alas, busca recuperar su grandeza.

Un equipo de moda en Europa claramente venido a menos que, en teoría, es el rival directo de los blancos en el grupo. Lejos del potencial que tuvo con jugadores como Benzema, Juninho Pernambucano, Govou o Sonny Andersson (ahora director deportivo), el Olympique de Lyon pasa por un momento duro, de indefinición, y muy alejado del poderío que ha logrado amasar el París Saint-Germain.

El equipo de Genesio es noveno en la Ligue1 y viene de perder ante el Lorient, su tercera derrota en las últimas cinco jornadas.

Con un esquema de tres centrales (3-5-1-1), el partido de esta noche ante el Sevilla puede convertirse fácilmente en un duelo por la posesión entre Mathieu Valbuena y Samir Nasri. El pequeñito organizador francés es quien marca el ritmo y mueve los hilos del centro del campo hacia delante, participando en casi todas las jugadas de ataque y asistiendo a Fekir, generalmente el hombre más adelantado.

En el centro del campo deben hacerse fuerte Darder y Tolisso para sostener un dibujo en el que los carrileros suelen dejar muchos metros a sus espaldas. Ello, además, se une a la reticencia de los tres centrales a abrir el campo, lo que hace más difícil defender los ataque por los costados de los rivales. Ahí el Sevilla, con jugadores como Mariano, Vitolo y Escudero, puede sacar petróleo.

Esta debilidad defensiva le ha hecho perder encuentros con un buen número de goles, como ante el Burdeos y el Dijon, aunque, en contraprestación, se ha soltado en el anterior fin de semana en ataque frente al Montpellier (5-1) o al propio Dinamo de Zagreg en la primera jornada de la Champions (3-0).

Todo esto convierte al Lyon en un equipo imprevisible y de alguna forma peligroso aun con las bajas de Lacazette y Rafael, dos de sus mejores jugadores y quienes no estarán hoy en Nervión.

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