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El Ejército indio acaba con la pesadilla de Bombay

  • Los tres días de ataques terroristas dejan al menos 183 muertos y centenares de heridos en la capital financiera de la India

El Ejército indio acabó hoy con el último reducto de terroristas y puso fin a casi tres días de crisis que han dejado, según los últimos datos oficiales, 183 muertos y 327 heridos en Bombay, corazón financiero de la India. El Gobierno informó de que entre los muertos en la serie coordinada de ataques terroristas hay 22 extranjeros y 20 miembros de las fuerzas de seguridad, dos de ellos comandos de elite.

Sin embargo, las autoridades municipales de Bombay cifraron las víctimas mortales en 195, entre ellas 23 extranjeros, aunque advirtió de que este parte es por el momento provisional, según la agencia PTI. Los últimos disparos y explosiones tuvieron lugar hoy en el lujoso hotel Taj, frente al mar Arábigo y la emblemática Puerta de la India, donde los comandos indios dieron muerte a tres terroristas, registraron las más de 300 habitaciones del complejo durante todo el día y detonaron armamento y granadas.

Una fuente oficial citada por la agencia IANS aseguró que las fuerzas indias encontraron dos bombas dentro del hotel, por lo que dedujo que el plan era destruir el complejo, mientras que algunos canales aseguraron que varios terroristas ya estaban alojados en el Taj. No muy lejos de este recinto se halla otro de los diez puntos atacados, el hotel Oberoi, de donde ayer salieron con vida dos empresarios españoles que quedaron atrapados en sus habitaciones.

Aunque ambos hoteles presentan serios desperfectos -en especial el ala este y la cúpula del Taj, cuya reconstrucción costará unos 100 millones de dólares- el escenario más devastado es el centro religioso judío Nariman House, donde murieron al menos cinco personas, entre ellas un rabino y su mujer, que fueron tomados como rehenes. "Era gente muy religiosa, muy buena gente, nunca han molestado a nadie", explica en su casa un arquitecto que trabaja para el Ministerio de Defensa, Deepak S. Pardeshi.

El arquitecto vive en la tercera planta de un humilde y maltrecho edificio frente al recinto judío, alrededor del cual se amontonan cristales rotos y escombros. "La hija (de la pareja judía) y la sirvienta salieron fuera inmediatamente" después del ataque de los comandos terroristas, señaló Pardeshi. Según los agentes que vigilaban hoy la zona, el muro derrumbado al lado de una gasolinera próxima al recinto muestra que los terroristas querían causar aún más víctimas con una gran explosión.

La antigua estación de Victoria, donde al menos dos terroristas penetraron para matar a civiles y policías, presenta un aspecto normal, aunque en su suelo aún pueden verse las marcas de la explosión de varias granadas. "En la India no hay ningún problema entre hindúes y musulmanes. Los problemas vienen de Pakistán, ha sido gente de Pakistán", asegura Abdulá Mahmud, gerente de un pequeño hotel a pocos metros del Taj y muy cercano al bar Leopold's, también atacado por los terroristas.

Aunque en un principio el grupo desconocido Deccan Muyaidín reivindicó los ataques, la inteligencia india se está basando en el testimonio del único terrorista detenido, Ajmal Amin, para determinar la autoría y las circunstancias de los atentados. Amin ha reconocido pertenecer al movimiento terrorista Lashkar-e-Toiba, que tiene su base en Pakistán y lucha por la independencia de la Cachemira india, aunque el grupo ya ha negado su implicación, a pesar de que la India lo ha relacionado durante años con los grandes atentados que ha sufrido.

Según fuentes de inteligencia citadas por la agencia PTI, las autoridades han encontrado un navío abandonado a cinco millas náuticas de Bombay que podría haber sido utilizado por los terroristas para lanzar su serie de violentas operaciones. Al menos ocho terroristas alcanzaron la costa de Bombay en una barca neumática tras secuestrar el barco Kuber, arrojar al agua a tres miembros de la tripulación y atar y decapitar al cuarto, según esta versión. Además, una fuente oficial citada por PTI aseguró que los terroristas recibieron sus armas de un agente que el gángster Dawood Ibrahim tiene en la ciudad.

Ibrahim, presunto cerebro de los ataques terroristas que dejaron 257 muertos en Bombay en 1993, es uno de los hombres más buscados por las autoridades de Nueva Delhi, que sospechan que vive en la ciudad portuaria paquistaní de Karachi, de donde salió supuestamente el pesquero cargado de terroristas.

En rueda de prensa, el ministro de Interior del Estado de Maharastra (cuya capital es Bombay), R. R. Patil, aseguró que los terroristas pretendían asesinar a "5.000 personas" en el ataque. "Había 10 terroristas en total. Nueve fueron abatidos y uno ha sido capturado vivo. Han recibido instrucciones desde el exterior por medio de teléfonos móviles vía satélite", dijo Patil, que no hizo referencia a los que pudieron escapar. "Ya sabéis desde qué país", ironizó, aunque Pakistán ya ha negado de forma enérgica la implicación de cualquiera de sus estamentos en los ataques.

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