Cultura

Estirar el tiempo para matar la poesía

XXII Temporada de conciertos de abono. Programa: 'Brahmsiana', de L. Vega; Concierto para piano y orquesta nº 2 en Si bemol mayor, op. 83 y Sinfonía nº 3 en Fa mayor, op. 90, de J. Brahms. Piano: Rudolf Buchbinder. Director: Antoni Ros-Marbà. Fecha: Jueves, 19 de enero. Lugar: Teatro de la Maestranza. Aforo: Tres cuartos.

El recuerdo de Sergiu Celebidache que estos días ha aparecido en la prensa puede servir de piedra de toque para la valoración de este concierto dirigido por quien fuese alumno aventajado del rumano, el barcelonés Antoni Ros-Marbà. Con el paso del tiempo se van acentuando en Ros los tics con los que se identifica al Celebidache de sus ultimos años, con su mítica capacidad para ralentizar y parar el tempo sin que la música se viniese abajo.

Hasta esa última lección no debió de llegar Ros, por más que intente imitar al maestro. Su Brahms se movió toda la noche en la irregularidad del pulso y en el deseo de alcanzar una visión monumental, monolítica y pétrea, mirando más al conjunto que a los detalles de articulación y fraseo. Fueron muchas las ocasiones en que, al margen de los numerosos errores orquestales (¡ese solo de chelo!), la tensión se venía abajo y todo sonaba anodino. El trazo largo y la renuncia a acentuar se evidenció en el concierto, donde un espléndido Buchbinder intentaba poner la pasión y la energía que faltaban en el podio. De pulsación nítida y articulación clarísima, dejó detalles como los muy delicados trinos en el Andante y la sabiduría en unas muy dosificadas regulaciones dinámicas.

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