Cultura

Alburquerque se prepara para una nueva edición del Contempopranea

  • El festival, que cada año rinde homenaje a un histórico del pop, está dedicado a Golpes Bajos · El tributo lo asumirá el propio German Coppini con Maga

Cada año el diseño del cartel se antoja más idóneo que el anterior. Esta vez, unos pajarillos de cuyos picos brotan las letras que conforman la palabra mágica: POP. Será porque es probable que, tras la lluviosa primavera, este paraje pacense resulte más acogedor que nunca. Hablamos de un festival cuyo espíritu está por encima de los nombres que logre reunir, algo no habitual en los eventos mayores. La marca de fábrica del Contempopranea es la cercanía, la accesibilidad de los artistas, la camaradería entre el público y el buen comer. Solaz y relax. Alburquerque es un spa del pop y quien va -músico o público- repite. Si puede, claro, porque el recinto -en la ladera donde se ubica el castillo del pueblo- no da para más que un aforo invariable de cuatro mil asistentes.

El festival tiene su prólogo hoy jueves, con la jornada dedicada a los grupos noveles. Aunque este 2008, a los ya muy rodados Band Apart -canción pop mediterránea- y Klaus & Kinski, se unirán Amarillo, que presentan su segundo disco.

Es entre mañana viernes y el sábado cuando, no obstante, se desarrolla el programa oficial. Los paisajes sónicos de los portugueses Norton y los debutantes Hipo, abrirán las hostilidades en un viernes que encontrará su primer nombre mayor en el de los cordobeses Deneuve. Con ellos celebraremos el fin del trauma nacional de El codazo de Tassotti, esa triste peripecia futbolística que inspiró nombre y concepto de su último y celebrado álbum.

Hablando de fútbol, Cruyff decía que los extranjeros sólo debían incorporarse a un equipo para marcar diferencias. Al margen de bandas del país vecino -lógico desde la óptica fronteriza del lugar- la presencia de grupos foráneos aquí ha sido testimonial. No este año, donde Emma Pollock, Teenage Fanclub y Camera Obscura -éstos el sábado- están llamados a hacer buena la sentencia del holandés, aportando aún más luz merced a su envidiable mezcla de talento, oficio y frescura. Pollock, ex componente de The Delgados, pone su embriagadora voz al servicio de certeras melodías envueltas en una esmerada producción, mientras que los Teenage deberán casar su marchamo de inmortalidad con el nervio que, se dice, no muestran últimamente sobre el escenario. Por lo que toca a Camera Obscura, pocas dudas hay de que los autores de Let's get out of this country -disco de 2006 absolutamente vigente- serán los que se mimeticen de manera más natural con el entorno del festival.

El viernes lo completarán formaciones que van de unos Lori Meyers que estrenan madurez gracias a su espléndido Cronolánea, a las variaciones cromáticas, siempre cegadoras -por atractivas o insufribles- de L-Kan. Entre medias, tres oficiantes con años de experiencia, como Sidonie, cuya efectividad en directo levanta pasiones desde los orígenes de la formación, Niños Mutantes, con nuevo disco producido por Fino Oyonarte, y Jet Lag, quienes, superado el trance del cambio de vocalista, presentarán en Alburquerque Forever, su cuarto trabajo.

La concentración de talento y diversión que se producirá el sábado es abrumadora. A los mencionados Camera Obscura hay que añadir nombres tan señeros como los de La Casa Azul, con Guille Milkyway convertido en uno de los protagonistas mediáticos del año, Facto Delafé y las Flores Azules, a los que por esos lares nadie tachará de blandengues, la pegada de los experimentados Lagartija Nick -ojo al espectáculo que es ver tocar a Víctor Lapido y Eric Jiménez- y un Xoel Deluxe dueño de uno de los mejores directos de la escena nacional.

Sabido es que esta edición está dedicada a Golpes Bajos y que el homenaje a la legendaria banda viguesa correrá a cargo del propio German Coppini, aliado desde hace tiempo con los sevillanos Maga, pero es de esperar que proliferen espontáneos tributos a Sergio Algora -tristemente fallecido el pasado día nueve- ya sea con Tachenko, el grupo que, a través de la voz de Sergio Vinadé y de su luminismo melódico mantiene viva la llama de El niño Gusano, ya con el propio duende de Sergio contagiando su felicidad y fantasía al público.

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