En "un paso muy importante que supondrá la consolidación de una mayor presencia en la ciudad", la Orquesta Barroca de Sevilla (OBS) trasladará el próximo año toda su actividad en Sevilla -exceptuando los dos habituales compromisos con la Universidad: el concierto de Santo Tomás y el que se celebra anualmente en el marco del proyecto de recuperación de patrimonio histórico Atalaya- al Lope de Vega. Meses después de iniciar las conversaciones, el compromiso está cerrado (con el necesario visto bueno del Ayuntamiento, del que depende la gestión del teatro), y la intención de ambas partes es que la apuesta, "arriesgada pero muy ilusionante" para la OBS, se consolide más allá de la temporada 2015-16.

"El siguiente objetivo es que el Lope sea el lugar de residencia de la orquesta, hacia esa dirección vamos a caminar. Durante 20 años hemos buscado nuestro sitio, creo que con no mucha fortuna, y puede ser que esté aquí", dice Ventura Rico, músico y coordinador y fundador junto a Barry Sargent en 1995 de la formación ganadora del Premio Manuel de Falla 2010 y del Nacional de Música 2011. Prestigio y reconocimientos de los que goza también entre el público, los especialistas y las citas relacionadas con la música antigua en los panoramas español y europeo, pero que sin embargo no han bastado para garantizarle una estabilidad más o menos duradera. Al margen de la programación que ofrecerá -"no se ganará en cantidad, pero sí en calidad"-, la orquesta confía en que esta mudanza le permitirá desenvolverse económicamente "con algo más de margen" y en "condiciones más ventajosas".

Aparte del incierto uso que se le dará en el futuro al Centro Cultural de la calle Laraña (sede hasta ahora de la mayoría de sus actuaciones) tras el anuncio de la Fundación Cajasol de abandonar ese edificio para trasladarse al que tiene en Chicarreros, la orquesta tendrá la posibilidad de explotar en el Lope de Vega un aforo considerablemente mayor (unas 750 frente a 450), lo que le permitirá por tanto aumentar la cantidad de abonos vendidos. En sus "prudentes" cálculos, la Barroca espera alcanzar con su traslado la cifra de 400 abonados (frente a los alrededor de 250 que tiene ahora); y no parece demasiado difícil, pues la Asociación de Amigos de la OBS tiene ahora mismo 600 miembros -exactamente, 599 el día de ayer- y uno de sus problemas hasta ahora era la limitación de abonos que debía imponerse para dejar un cupo de entradas generales a la venta, cuyo número también crecerá el año que viene.

"Tenemos unos espectadores fieles que siempre han llenado las salas donde hemos actuado y por eso nos atrevemos a hacer esta apuesta, que sólo funcionará bien si responde muy bien el público. Había que arriesgarse y ahora mismo era el movimiento idóneo", dicen Rico y Pedro Gandía, director artístico de la OBS. En todas sus fechas, a razón de al menos una al mes desde octubre hasta junio, la orquesta irá a taquilla, aunque en el caso de las dos "pequeñas óperas" u obras de "géneros paralelos" la formación contará con una aportación económica de los fondos del propio teatro. Ese "colchón" que le ofrece el Lope de Vega a la orquesta (y cuya cuantía exacta está aún pendiente de determinar) se destinará exclusivamente a pagar los contratos de los cantantes, los directores musicales y de escena de cada una de esas dos producciones líricas. La Senna Festeggiante, de Vivaldi, y Apollo e Dafne, de Haendel, en fechas todavía sin confirmar, serán las dos producciones (cada una con dos funciones) de este tipo que ofrecerá el año que viene la Barroca, que el próximo 25 de mayo, como se conocía ya, ofrecerá un pequeño adelanto en el mismo lugar con su versión de La Serva Padrona de Pergolesi.

Además de esas dos producciones escenificadas, para el resto de la temporada, explican Rico y Gandía, el objetivo es "enriquecer y potenciar" la programación, por ejemplo aumentando el número de actuaciones en formato orquestal en detrimento de los conciertos camerísticos que por razones de viabilidad financiera han caracterizado estos últimos tiempos. También trayendo a la ciudad a intérpretes de primera fila internacional. Es el caso del holandés Wilbert Hazelzet, considerado por muchos expertos el más importante flautista barroco del momento, y que dará un concierto con el resto de la Barroca; o el de la violinista francesa Amandine Beyer, que acudirá al Lope con un programa centrado en la música barroca de su país. Ambas citas no tienen fecha aún, como tampoco está cerrada la programación de música de cámara.

Un solo aspecto de este traslado podría resultar problemático, aunque sus responsables están convencidos de que tiene solución. "Desde el punto de vista acústico este teatro, vacío, es maravilloso. Pero lleno de público se seca mucho", dice Rico. Por eso los músicos de la orquesta y los técnicos del teatro estudian los posibles remedios -se barajan cambiar la ubicación de las cortinas, la instalación de planchas de madera o el uso levísimo de reverb- para acondicionar de la manera más óptima posible el sonido de la Barroca de Sevilla en su próxima nueva casa.