DIRECTO El resultado sobre la consulta de la Feria de Sevilla en directo

DERBI Sánchez Martínez, árbitro del Betis-Sevilla

Crítica de música

La Barroca y su incansable tejido social

Orquesta Barroca de Sevilla. Concierto de Santo Tomás. Programa: 'Overture' en Mi menor TWV 55:e1; 'Quartetto' en Sol mayor TWV 43:G2; Trío sonata en Mi bemol mayor TWV 42:Es1. Concertino: Andoni Mercero. Lugar: Iglesia de la Anunciación. Fecha: Miércoles, 28 de enero. Aforo: Lleno.

Es significativo del cada vez más claro divorcio entre la sociedad civil y los responsables públicos lo que ocurre concierto tras concierto con la Orquesta Barroca de Sevilla: mientras que las autoridades culturales de la ciudad han tardado veinte años en darse cuenta del enorme valor del conjunto, ninguneándolo y relegándolo a espacios marginales, el público le presta su incombustible respaldo concierto tras concierto. Son ya seiscientos los Amigos de la OBS y muchos más los que son capaces de aguantar más de media hora de cola a la intemperie para luego asistir a un concierto con pésima acústica y temperatura conventual. Buenas son las noticias que hoy mismo abren un futuro más halagüeño para la OBS, pero alguien tiene que reflexionar sobre lo que ha ocurrido, lo que ocurre y lo que puede ocurrir en el futuro.

Adversidades acústicas y térmicas aparte, el de anoche fue un grandísimo concierto en el que todo se conjugó para redondear una nueva noche para el disfrute y el recuerdo.

Con un programa maravilloso a base de obras a cada cual mejor, más imaginativa y más llena de recursos retóricos, salidas de la mano inagotable de Telemann, Andoni Mercero perfiló una dirección llena de ritmo, de ricas acentuaciones y de variado fraseo. Como violinista estuvo soberbio todo el programa, pero su interpretación fue especialmente espectacular en la Trío sonata, con sonido luminoso y amplio despliegue de agilidades y de ornamentaciones. Admirable resultó la manera de trenzar su discurso con el del segundo violín de Alexis Aguado, igualmente inspirado en una pieza muy exigente en lo técnico.

Antes, en el cuarteto, se había impuesto la dulzura en los ataques del Largo inicial, fraseado al oboe por Jacobo Díaz con gran refinamiento y carga poética.

En la monumental Overture que abría y cerraba el programa y que fue interpretada con todas sus repeticiones, se contaba con los valores seguros de Guillermo Peñalver y Rafael Ruibérriz a las flautas, siendo capaces ambos de la mayor elegancia y delicadeza en la emisión y en la acentuación. El sonido del conjunto fue aquí denso y sumamente empastado y homogéneo, con gran riqueza de matices expresivos y con una apabullante flexibilidad para cambiar de ritmo o para remarcar un sforzando siempre con sentido significante.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios