LA organización de defensa de los consumidores más exitosa de los últimos 15 años en España es dirigida desde Sevilla. Rubén Sánchez, el portavoz de Facua-Consumidores en Acción y miembro destacado de su directiva, es el sevillano que más aparece en las radios y televisiones nacionales. Más que Zoido y más que todos los sevillanos que no son actores, presidentes de club de fútbol, toreros o personajes para vender intimidades. Pese a su evidente experiencia y relevancia en el sector, muy por encima de otras asociaciones de consumidores, y pese a su sevillanía, Facua queda fuera de los consejos de las empresas municipales, por decisión de Zoido. Se dice en Barcelona, en Logroño o en Vigo y no se lo creen. El argumento esgrimido da para amplio juego dialéctico: "hay que renovar esos consejos mediante la rotación de entidades".

Depende, señor alcalde. Y ¿de qué depende? Hay que cruzar el criterio de la renovación con el de la representatividad y con el de las realizaciones. Facua tiene en su haber hitos nacionales en la defensa de los consumidores, como los afectados por el cierre de las academias Opening; los propietarios de coches Peugeot 307 con grave defecto del sistema eléctrico; el cobro injustificado en un cambio de modelo de recibos de la luz; los abusos de las compañías telefónicas; las barrabasadas de Ryanair cuando deja tirados a los pasajeros, etcétera. Y sus actuaciones benefician, obviamente, a sevillanos de todo signo militantes del PP incluidos, aunque sea una asociación fundada desde principios del progresismo izquierdista.

Zoido pudo ampliar la proporción de entidades ciudadanas con luz y taquígrafos en los consejos, y así dar cabida a indiscutibles como Facua más otras igualmente respetables pero objetivamente menos relevantes. Si la rotación es el criterio, el alcalde debe ser coherente y contar menos durante este mandato con la sevillanía de las universidades, del Consejo General de Cofradías, del Ateneo y de la Real Maestranza.