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Sevilla

Dos estonios atracan una joyería en Plaza Nueva con pistolas simuladas

  • Un vigilante de seguridad, un escolta del alcalde y varios viandantes redujeron a los dos atracadores hasta que llegó la Policía · Los delincuentes huían hacia la calle Albareda con diez Rolex de la tienda Shaw.

"En cuanto entraron supe que venían a atracarnos, por los gestos que hacían y cómo se comportaron nada más entrar". Mari Paz, la encargada de la joyería Shaw, relataba al mediodía de ayer el atraco que había sufrido la tienda apenas una hora antes. La mujer, sentada en un taburete que le habían cedido las trabajadoras de la perfumería colindante a la joyería, atendía a la prensa explicando que los atracadores utilizaron una pistola simulada y un espray de pimienta que arrojaron sobre ella y otro empleado. 

En ese momento no había ningún cliente. "Nos dijeron que nos estuviéramos quietos. Hablaban en inglés y no parecían españoles". Los atracadores abrieron una mochila en la que guardaban una pequeña escalerilla de mano. Uno de ellos se subió a ella mientras el otro apuntaba a la encargada en el pecho con la pistola y la amenazaba. El que estaba en la escalera accedió a la parte superior del escaparate en el que se encontraban expuestos varios relojes Rolex. 

 

Inmediatamente después, los atracadores salieron de la tienda por una puerta lateral utilizada por los empleados que da a la calle Jaén y trataron de huir hacia el aparcamiento de Albareda. Llevaban consigo diez relojes, valorados en unos 94.000 euros, pero se dejaron la pistola olvidada en la tienda. 

Los empleados de la joyería salieron detrás de los atracadores y comenzaron a gritar pidiendo auxilio. Un vigilante de seguridad, apodado Johnny, que se encontraba en la puerta de un edificio de oficinas cercano, se abalanzó sobre uno de los delincuentes en la misma puerta de la tienda y lo inmovilizó en el suelo. Inmediatamente se hizo cargo de él uno de los escoltas del alcalde, Juan Ignacio Zoido, que se encontraba tomando café en un bar de la calle Jaén y salió del establecimiento alertado por los gritos. 

El otro delincuente fue reducido por varios viandantes al ver que huía hacia el aparcamiento de Albareda y que ya iba desarmado. Cuando rebasaba el restaurante Cinco Jotas, tres personas se echaron sobre él y abortaron la fuga. El escolta, un veterano agente que forma parte del dispositivo que protege al alcalde desde los tiempos de Soledad Becerril, tuvo incluso que frenar a la multitud para evitar un linchamiento de ambos atracadores. 

Los testigos dieron aviso al 112 y la central de emergencias provocó un cierto revuelo entre los policías, al derivar la llamada a la Policía Local y no informar a la Policía Nacional, cuerpo competente en materia de seguridad ciudadana. Así, dos agentes de la unidad de motoristas de la Policía Local se presentaron en la puerta de la joyería para esposar a los sospechosos. Los policías municipales tuvieron luego que esperar la llegada de sus compañeros del grupo Hércules de la Policía Nacional -la unidad de motoristas especializada en la vigilancia del centro- que finalmente detuvieron a los atracadores y los pusieron a disposición del Grupo de Atracos. 

Tras el atraco, la tienda se cerró para permitir el trabajo de los agentes de la Policía Científica, que analizaron el establecimiento para tratar de reunir más pruebas contra los presuntos autores de este robo. Durante todo el día de ayer declararon los testigos en las dependencias de la Policía Nacional. Por allí pasaron desde los ciudadanos que participaron en la detención de los atracadores hasta los empleados de la tienda y los policías locales. 

Los dos delincuentes son ciudadanos estonios de mediana edad. Uno de ellos cubría su rostro con un sombrero de paja y unas gafas de sol de gran tamaño mientras que el otro iba a cara descubierta. Los dos se dirigieron a los empleados en inglés. La Policía investiga ahora si ambos han podido participar en hechos delictivos similares cometidos en otras provincias. La joyería Shaw ya sufrió un espectacular atraco hace siete años por parte de unos delincuentes que destrozaron el escaparate con una maza, bloquearon la puerta con un coche robado y huyeron en una moto. El pasado mes de junio también robaron 20 bolsos rompiendo el escaparate en la tienda de Loewe, situada en la esquina contraria de la calle Jaén.

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