Sevilla

Crece el estrés en los niños por exceso de labores extraescolares

  • La falta de tiempo libre tras la jornada lectiva genera estados de tensión en los menores similares a los de un adulto

En los últimos diez años ha crecido de forma considerable el caso de niños sevillanos que padecen estrés durante su etapa escolar. La familia constituye la principal causa de este estado de tensión. Pero cada vez son más los menores que tienen estrés por la intensa jornada escolar a la que algunos padres someten a sus hijos.

Para hacer frente a esta situación la Delegación de Educación y Gobierno Interior del Ayuntamiento de Sevilla ha puesto en marcha esta semana un seminario de formación para padres y madres de alumnos en el que se muestran las diferentes técnicas para evitar los episodios de tensión que se producen diariamente en el seno de muchas familias.

María Díaz Osta, psicoterapeuta de grupo que durante esta semana imparte dicho seminario en el Centro Cívico de los Tejares, hace hincapié en la falta de tiempo libre para los niños en la actualidad. A las horas lectivas del centro escolar se suman las de las actividaes extraescolares dando lugar a una agenda propia de un adulto. Este horario tan rígido provoca cierta ansiedad en los alumnos, que desde pequeños se ven sometido a un ritmo de trabajo y a un exceso de responsabilidad.

"Hoy día los niños gozan de poco tiempo para realizar los juegos libres. En el momento en el que salen de los centros educativos se dedican a activades extraescolares sometidas también a un horario y bajo una dirección. Los padres tienen que tener en cuenta que un menor necesita tiempo suficiente para aburrirse, para pensar por sí solo, sin que nadie dirija sus actuaciones. En definitiva, tiempo para crear, que es algo que hoy día no conocen los niños", afirma esta psicoterapeuta.

Para María un niño requiere de tres horas al día para jugar con sus amigos sin estar sometido a ningún tipo de presión. "Y sin estar delante del ordenador, ya que llegado el caso puede provocar mucha tensión".

María ha constatado como a partir de los siete años -cuando el alumno ingresa en segundo curso de Primaria- los niños empiezan a tener un horario más propio de un adulto. Con la agenda completa durante todo el día. "Aunque aumenten las horas de estudio, el niño es aún pequeño como para exigirle que todo su tiempo libre lo dedique a la formación. Es más -prosigue María- es en esta etapa de la vida cuando debe fomentar la relación con otros niños. Si no lo hace ahora, cuando llegue la adolescencia pueden presentarse serios problemas de comunicación".

A pesar de que este factor ha ido adquiriendo importancia en los últimos años, lo cierto es que los problemas familiares siguen provocando el 90% de los casos de niños con estrés. Es más, en la mayoría de las ocasiones, un niño con problemas en el colegio (acoso escolar, fracaso en los estudios, malas relaciones con los compañeros...) no resuelve esta circunstancia en el hogar familiar, sino que a veces la situación se agrava y vuelve al colegio con mayores problemas.

La consabida falta de comunicación origina este "estado de tensión", pero también el estrés acumulado por los padres influye de forma decisiva en el comportamiento de los menores. Un problema que se ha agravado con la incorporación de la mujer al trabajo. No obstante, María puntualiza "que la persona que mayor tiempo permanece con el menor en la casa es la que le provoca mayor ansiedad. A veces, los niños son testigos directos de la tensión acumulada por problemas económicos, laborales o familiares".

Esta situación se agrava en las familias monoparentales, en las que responsabilidad recae en una persona, por lo que es más proclive que surja algún tipo de estrés que se pueda transmitir al niño.

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