Sevilla

El déficit de la plantilla de la Policía Nacional ya alcanza los 450 agentes

  • La jubilación de funcionarios y los escasos refuerzos de las últimas promociones provocan que falten un 20% de efectivos sobre la dotación prevista por Interior para la capital.

Sin llegar a niveles tan alarmantes como los de principios de la década pasada, la plantilla de la Policía Nacional en Sevilla vuelve a perder agentes. El déficit de personal alcanza ya el 20%, según indicaron a este periódico fuentes sindicales. El catálogo del Ministerio del Interior contempla una dotación para la capital andaluza y el resto de comisarías locales de la provincia (Dos Hermanas, Alcalá de Guadaíra, Écija, Coria del Río, Camas, San Juan de Aznalfarache y Morón de la Frontera) de 3.180 policías nacionales. La plantilla real está en torno a los 2.500, lo que supone una merma real de más de 600 agentes.

En la capital, el catálogo de la Dirección General marca una plantilla ideal de 2.266 funcionarios, que resulta de la suma de los 2.016 que deberían tener su plaza en la ciudad y de los 250 agentes de las unidades de intervención (los antidisturbios), que tienen su sede en Sevilla pero que pertenecen a grupos que pueden desplazarse por toda España en función de las necesidades del servicio. En Sevilla hay cinco grupos de antidisturbios, con sede en el cuartel del Cortijo de Cuarto. Si a esta dotación se le resta un 20%, el déficit de personal que padece este cuerpo de seguridad en Sevilla capital roza los 450 agentes, una cifra que ya empieza a ser considerable.

Es muy poco frecuente que se cubra la totalidad del catálogo, ya que se trata de una plantilla que tiene mucha movilidad, en la que se producen continuamente traslados o comisiones de servicio, pero también hay que tener en cuenta que, por la propia condición del trabajo policial, en el que los agentes tienen que hacer uso de su fuerza para poder detener a algún delincuente, las bajas médicas también son más frecuentes que en otros empleos. De ahí que en la práctica el déficit de policías sea algo mayor a esos 450 funcionarios.

La explicación de esta pérdida de agentes que la plantilla de la Policía Nacional en Sevilla viene experimentando de manera paulatina desde hace algunos años es sencilla. Se jubilan más policías de los que entran. Tras la llegada de promociones muy numerosas a mediados de la década pasada, impulsadas por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y algunas de ellas con más de 5.000 agentes por año para toda España, los recortes del Gobierno central provocaron que se dejaran pasar años sin que apenas se convocaran nuevas plazas. En 2013 se ofertaron sólo 418 puestos de la escala básica para todo el país. Esto hizo que, en 2014, por ejemplo, Sevilla perdiera 40 agentes entre cambios de destino y jubilaciones. A la capital y al resto de comisarías de la provincia llegaron sólo 35 policías de los 418 recién llegados de la Academia de Ávila, mientras que se marcharon 75 en busca de otros destinos, bien por tratarse de lugares más baratos, por encontrarse más cerca de sus familias o simplemente por tratarse de sitios más atractivos para desarrollar un trabajo policial.

De esta forma, Sevilla ha ido sufriendo lentamente una merma de agentes que ya se está empezando a notar en el servicio que se presta en la calle. La falta de policías se aprecia principalmente en el turno de noche. Este horario está lastrado además por algunas circunstancias, como la de la custodia de detenidos y presos en los hospitales, que obliga a destinar dos policías para cada uno de los arrestados que permanecen hospitalizados. Esto hace que se den situaciones como la que se puede comprobar en la fotografía de esta página, en la que se pueden contar hasta siete patrulleros de la Policía Nacional aparcados en la puerta de Urgencias del Hospital Virgen Macarena. Como consecuencia de ello, ha habido noches en las que sólo se han quedado disponibles cuatro vehículos con distintivos y con agentes uniformados para toda la ciudad.

Los sindicatos policiales han denunciado este problema en numerosas ocasiones a la Jefatura Superior. El secretario general de la Unión Federal de Policía (UFP) en Sevilla, Antonio Jurado, lamentó que en los hospitales de la ciudad no haya módulos para detenidos, como sí los hay en otros complejos sanitarios españoles. De esta forma, no habría que tener dos policías para cada preso, sino que con una dotación menor se pueda controlar a toda la población reclusa que permanece ingresada en los hospitales. Así, la custodia de detenidos no afectaría al servicio en la calle.

Este problema suele agravarse en periodos festivos, tanto en Navidad como en Semana Santa y Feria, cuando muchos de los internos solicitan ser trasladados a los hospitales alegando supuestas enfermedades. En muchos de estos casos se trata sólo de una estrategia para que los reclusos puedan pasar más tiempo con sus familiares o ser visitados por éstos con una mayor frecuencia que en la cárcel.

Las carencias de la plantilla de la Policía en Sevilla recuerdan peligrosamente a las de los años 2003 y 2004, en las que el déficit llegó a alcanzar los 800 agentes. En aquella ocasión había un problema añadido, que era el del envejecimiento de la plantilla, que tenía una edad media superior a los 50 años. Aquella falta de policías llegó a ser utilizada políticamente en las elecciones municipales de 2003. El entonces alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, llegó a cifrar la carencia de policías nacionales en "casi mil". El jefe superior de la época, Antonio Bertomeu, actual jefe de seguridad de Adif en Madrid, se encontró con verdaderos problemas para cuadrar los turnos y no era extraño incluso verle a él patrullar en moto por la ciudad. Aun así, fue una época exitosa para la Policía sevillana. Bajo su mando, se detuvo a los asesinos del doctor Cariñanos y se desmanteló la furgoneta bomba de ETA en la puerta del edificio de la Tesorería General de la Seguridad Social, frente a la estación de Santa Justa.

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