Después de dos intentos, la Autoridad Portuaria de Sevilla adjudica definitivamente mañana el macrocontrato del Puerto de Sevilla por 30 años que unifica la gestión de todas sus instalaciones del Batán vinculadas al movimiento de mercancías en contenedores, actividad en la que Sevilla es líder en el tráfico con Canarias. El potente contrato incluye no sólo la gestión de la terminal ferroviaria del Muelle del Centenario, sino también, por primera vez, los 350 metros de línea de atraque de este punto y la rampa ro-ro que facilita la carga y descarga en los barcos.

El consejo de administración del Puerto aborda mañana la propuesta de adjudicarlo a la unión de empresas compuesta por la valenciana Boluda y la alemana OPDR, la primera con el 75% del capital social y la segunda con el 25%. Ésta era la única oferta que quedaba sobre la mesa tras la retirada de la competencia sevillana, según ha podido saber este periódico. Esta UTE de socios valencianos y alemanes concurre en solitario con el nombre de Terminal Marítima del Guadalquivir.

El grupo valenciano Boluda ya estaba presente en los últimos años en el Puerto de Sevilla, ya que era una de las tres empresas que gestionaba hasta ahora la terminal de contenedores. Bajo el nombre de UTE Batán operaban en la terminal la filial Miller del grupo valenciano Boluda y las sevillanas Termisur Eurocargo S.A. y Terminales Marítima de Sevilla. Estas últimas se separaron de los valencianos para presentarse juntas al nuevo macrocontrato más ambicioso a 30 años, pero finalmente se retiraron a última hora, una decisión que llama la atención dado el máximo interés que hay en este concurso.

El presidente del Puerto, Manuel Gracia, afirmó ayer a este periódico que el concurso no tiene por qué quedarse desierto de nuevo ni volverse a retrasar como ha sucedido hasta ahora, sugiriendo, por tanto, que el tercer intento sí iba a prosperar, pero no citó en ningún caso que hubiera ya una propuesta de adjudicación a las UTE Boluda-OPDR.

Las dos ofertas estaban tan interesadas en lograr este contrato que se excedieron en sus previsiones de tráfico de mercancías sin acompañar sus elevadas cifras con una justificación suficiente, y eso obligó al Puerto a declarar desierto el concurso. En suma, prometían un tráfico de mercancías muy superior al que justificaban.

El macrocontrato añade una tercera grúa para acabar con el cuello de botella que limita la cifra de barcos que pueden operar a diario en este muelle de contenedores. En total la concesión suma 180.000 metros cuadrados de superficie, una cifra cuatro veces superior a los 47.000 metros cuadrados que gestionaba hasta ahora esta zona del Puerto la UTE Batán.

Este contrato es clave porque va a cambiar por completo la gestión actual del Batán, una de las zonas con mayor actividad del Puerto de Sevilla. Hasta ahora la única concesión en este muelle era la terminal ferroviaria de contenedores, en manos de la UTE Batán, integrada por Miller y Cía (filial de Boluda), Termisur Eurocargo S.A. y Terminales Marítima de Sevilla (del grupo Mertramar) por un plazo de 17 años, que acaba este mes de julio.