Los conejos del aeropuerto sostienen al lince de Doñana

Durante todo el invierno se capturarán decenas de estos animales en torno al campo de vuelo para abastecer de alimento al felino más amenazado del planeta

Un trabajador de la Fundación Doñana captura un conejo.
Un trabajador de la Fundación Doñana captura un conejo.
Luis Cotán

07 de octubre 2010 - 05:03

Seis hurones, varias redes y mucha paciencia son los elementos con los que trabaja estos días Sergio González en el aeropuerto de Sevilla. Este técnico de campo de la Fundación Doñana, junto con otros dos trabajadores, está realizando descastes de conejos en el entorno del campo de vuelo para trasladarlos a fincas próximas al Parque Natural de Doñana y que sirvan como presa al lince ibérico. Este trabajo se hace con el objetivo de ayudar en la supervivencia de un felino que está catalogado en peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

"El 90% de la dieta del lince ibérico la forman los conejos. Este animal vive por y para los conejos", declara Sergio, quien explica que el aeropuerto de Sevilla firmó un convenio con la Fundación Doñana hace dos años para contribuir al desarrollo del Proyecto de Recuperación del Hábitat del Lince Ibérico, una iniciativa auspiciada por esta institución y por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.

"Vendremos cada quince días durante todo el invierno, aunque llevamos trabajando en la zona desde finales de verano", aclara el técnico, quien asegura que en cada descaste llegan a capturar en torno a 30 conejos. "Depende del día. Hay veces que cogemos más de 40". Comienzan a trabajar al amanecer y las capturas se pueden alargar durante varias horas. Una vez localizadas las madrigueras de los conejos, las cuales pueden llegar a tener hasta dos metros de profundidad, los trabajadores colocan las redes en las salidas de estos refugios y sueltan a varios hurones.

Los pequeños mamíferos, con un cascabel atado al cuello para que no se pierdan, tienen un cuerpo largo y estilizado que les sirve para entrar en las madrigueras y obligar a los conejos a salir al exterior. Es en ese momento cuando el personal de la Fundación Doñana los captura. "Los hurones rara vez hieren a los conejos", afirma Sergio, quien asevera que este animal sólo sirve para el descaste "aunque ahora se haya puesto de moda como mascota".

En el aeropuerto de Sevilla existe una población de conejos "excesiva", lo que puede resultar perjudicial si en algún momento se cruzan por algunas de las pistas donde despegan o aterrizan los aviones. "Aquí campan a sus anchas entre 3.000 ó 4.000 conejos porque en estos terrenos tienen la comida y el agua muy cerca y porque apenas tienen depredadores", indica el experto que, sin embargo, reconoce que los conejos atraen a rapaces que se cuelan también entre los aviones. "Este trabajo nos beneficia porque aquí podemos capturar a estos animales de forma gratuita. De otra forma los tendríamos que comprar para llevárselos a los linces", explica el técnico de campo. El descaste que realiza con su equipo en los alrededores del campo de vuelo también lo lleva a cabo en el Parque del Alamillo y en algunas fincas privadas y públicas.

De esta forma, con las capturas se ayuda tanto al aeropuerto como al lince ibérico, que ha visto cómo en los últimos 30 años se ha diezmado en un 80% la población de conejos en Doñana debido a dos enfermedades que contraen estos animales: la mixomatosis y la neumonía herromágica vírica. "En esta zona de Sevilla no enferman tanto porque viven mejor y están más tranquilos", afirma el técnico.

Una vez que trasladan los conejos hasta Doñana los sueltan en unas fincas de unas dos hectáreas. "Les ponemos madrigueras, puntos de agua y les sembramos los alimentos que más consumen, cereales y leguminosas", señala Sergio, quien añade que una vez que los conejos se reproduzcan por primera vez, la época de cría empieza en octubre y finaliza en abril, los soltarán por el parque para que los linces los capturen. Estos felinos suelen comer un conejo al día.

"La población del lince ibérico está aumentando poco a poco. Actualmente tenemos en el Parque Nacional de Doñana entre 65 y 70 adultos", comenta el experto, quien recuerda que el peor año para el felino más amenazado del planeta fue 2001, cuando la población se redujo a tan sólo 30 ejemplares debido a que muchas zonas de bosque se transformaron en tierras de cultivo.

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