Iglesias rebaja la presión sobre el PSOE y dejará que Sánchez marque sus tiempos

Ambos se reúnen mañana por primera vez desde hace más de un año

El partido morado buscará más colaboración en el Congreso

Pablo Iglesias y Pedro Sánchez conversan tras su última reunión, celebrada el 30 de marzo de 2016.
Pablo Iglesias y Pedro Sánchez conversan tras su última reunión, celebrada el 30 de marzo de 2016. / Juan Carlos Hidalgo / Efe
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26 de junio 2017 - 02:37

Madrid/El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha optado por rebajar la presión sobre el PSOE y en la reunión de mañana con el líder socialista, Pedro Sánchez, le pedirá más pasos para echar al PP del Gobierno, pero esta vez respetando su "ritmo" y sin tratar de marcarle los tiempos. La reunión que Sánchez e Iglesias mantendrán el martes en el Congreso será el primer cara a cara entre los líderes de los dos principales partidos de la oposición para explorar vías de acuerdo desde hace más de un año.

Su última reunión se produjo el 30 de marzo de 2016. Entonces el líder de Podemos le trasladó a Sánchez su renuncia a ser el vicepresidente de un gobierno "de cambio" para facilitar los acuerdos, mientras el socialista insistió en que la única fórmula posible para desalojar al PP de La Moncloa era un pacto "a tres" con Ciudadanos.

De cara a la reunión del martes, Iglesias ya ha avanzado que va a pedir que, además del plan de rescate juvenil que quiere abordar Pedro Sánchez, el orden del día se amplíe para hablar de la pobreza infantil, de las pensiones e incluso del acuerdo comercial con Canadá (CETA).

Podemos cree que una abstención del PSOE es insuficiente, pero que al menos es "medio paso" y demuestra voluntad política. Por eso, le pedirá a Sánchez que den el "paso completo" e impidan la aprobación del CETA situándose más cerca de Podemos, que es -según Iglesias- lo que quieren los militantes socialistas.

No obstante, no le apremiará imponiéndole al PSOE los plazos para una nueva moción de censura contra el Gobierno, porque, esta vez, dice Iglesias que comprende que los socialistas están inmersos aún en un debate "difícil" y que pueden ir trabajando en la colaboración política y parlamentaria. Aunque siempre sin perder de vista que para Podemos el objetivo es "echar a Rajoy de La Moncloa" y pretende que el PSOE se sume a ese camino.

El miércoles, la reunión de Pedro Sánchez será con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, con quien formalizó un pacto de gobierno el 24 de febrero de 2016, que no contó con el apoyo suficiente para salir adelante por el voto en contra, entre otros, del PP y Podemos.

Y después de ese intento fallido, Rivera no parece dispuesto a intentar otro acuerdo contra Mariano Rajoy vía moción de censura, al entender que ahora toca dar estabilidad a la legislatura, abordar las reformas que necesita España e intentar acabar con el Gobierno del PP en las urnas y cuando toque.

No obstante, acudirá a la cita del miércoles dispuesto a escuchar a Sánchez, que ha vuelto a abrir una nueva ronda de negociaciones con Podemos y Ciudadanos para buscar espacios comunes sin descartar poder llegar juntos a la Moncloa.

Lo que ya no está dispuesto el presidente del partido naranja es a que la acción política se instale en otro "bucle", como sucedió entre enero y junio de 2016, ni a poner "patas arriba" el país para que Sánchez pueda recuperar su escaño, tal como ha dejado claro en estos últimos días.

Y por eso, en esta cita con el líder socialista, planteará una serie de medidas que defiende Ciudadanos, muchas de regeneración política, como la eliminación de los aforamientos, la reducción de los mandatos presidenciales o una reforma electoral más justa. Podrían también estudiar la derogación de la reforma laboral del PP, pero no para dejar la del PSOE, sino para implantar el modelo laboral de contrato único que defiende Ciudadanos.

De todo esto quiere Rivera hablar con Sánchez, pero en ningún caso considerará la posibilidad de integrarse en una especie de gobierno Frankenstein, junto a Podemos y sus diversas confluencias y apoyado por los independentistas vascos y catalanes.

Rajoy y el líder del PSOE reeditan su alejamiento un año después del 26-J

Un año después del 26-J, Mariano Rajoy y Pedro Sánchez reeditan el alejamiento que estuvo a punto de que se tuviera que convocar por tercera vez a los españoles a las urnas y vuelven a chocar en sus contrapuestos deseos de una legislatura larga y un cambio en La Moncloa cuanto antes. Tras superar claramente en las primarias socialistas a la presidenta andaluza, Susana Díaz, Sánchez se ha hecho de nuevo con las riendas del partido y vuelve a situar ese objetivo de cambio en el frontispicio de su labor como líder de la oposición, aunque sin escaño en el Congreso. Está decidido a intentar acercar a "morados" y "naranjas", pese a que se trata de un camino no exento de dificultades por la distancia que separa a Pablo Iglesias de Albert Rivera, tal y como se constató en las puyas dialécticas que intercambiaron durante el debate de la moción de censura. Si el entendimiento PSOE-Podemos-Ciudadanos parece complicado, los antecedentes de la relación política entre el presidente del Gobierno y el líder del PSOE no facilitan tampoco un acercamiento. Por el momento, se lanzan mensajes de disposición a reunirse pero no han sido capaces de concertar una entrevista para sondear si es posible el trabajo conjunto en alguna cuestión de Estado, como es la situación de Cataluña.

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