ópera

Philip Glass lee a Poe

  • El Teatro Central y Zahir Ensemble estrenan mañana en España 'La caída de la casa Usher', la ópera más representada del catálogo del gran compositor americano

El Teatro Central presenta mañana, en función única a las 21:00, el estreno en España de la ópera de Philip Glass The Fall of the House of Usher (La caída de la casa Usher). Se trata de una obra estrenada en 1988 en Cambridge (Massachusetts) que se ha erigido con los años en el título operístico más representado del catálogo de Philip Glass, un autor del que el Teatro de la Maestranza programó en 1994 su música para La bella y la bestia.

El libretista de esta ópera, Arthur Yorinks, toma como base el famoso relato homónimo de Edgar Allan Poe, posiblemente su creación literaria mejor perfilada y con un ritmo interno más logrado. Publicada en 1830, Poe nos muestra en esta narración la ambigua relación entre los hermanos Roderick y Madeline Usher, con la figura del antiguo compañero y amigo William invitado a la decrépita mansión familiar, abandonada en medio de un paisaje desolado. La crítica ha valorado especialmente en esta obra la perfecta combinación de elementos de la novela gótica con el terror psicológico creada por Poe, que consiguió perfilar un cuadro de elementos inquietantes y de sugerencias apenas veladas en el que se mezclan la enfermedad nerviosa indefinida de Roderick, la catalepsia de Madeline, la posible relación incestuosa entre ambos, la necrofilia, el sadismo macabro, la noche amenazante y el paralelismo entre la decadencia física de los últimos Usher y la decrepitud física de la mansión, finalmente devorada por la ciénaga fétida sobre la que se asentaba.

Para el director de escena alemán Thierry Brühl, responsable de esta producción sostenida por la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales, el libreto de la ópera perfila de manera más nítida la naturaleza patológica de la relación incestuosa entre los hermanos Usher, al igual que apuesta por sugerir de manera más clara una posible pasión homosexual entre Roderick y William. "Mi propuesta escénica se basa en dos elementos básicos: la inevitabilidad del destino y la voluntad de cruzar la frontera, la frontera del conocimiento. De ahí que los únicos elementos escénicos sean un árbol, el árbol del conocimiento, y una cama, como símbolo material de la naturaleza de las relaciones entre los personajes".

Aunque en el relato apenas si se mencionan otros personajes, el libreto otorga presencia en la primera escena a un criado (Francisco Gracia) y a un doctor (Javier Cuevas). "Los hago estar presentes a lo largo de toda la ópera como un contrapunto a los tres caracteres principales", señala Brühl. Con un juego de luces especialmente cuidado por su valores simbólicos (blanco, azul, rojo y negro final), con la orquesta situada en el mismo escenario y separada de la acción mediante un velo que deja ver a los instrumentos en momentos puntuales y con el vestuario de Madeline cedido por la diseñadora Ana Torres, el movimiento de actores se centra en las figuras circulares como trasunto del diseño concéntrico y recurrente de la música de Glass.

Un especial aliciente de esta producción es que se trata de una iniciativa cien por cien sevillana. "Es una muestra de la madurez de los músicos de la ciudad -apunta el director musical de esta ópera, Juan García Rodríguez- pues los doce músicos necesarios (cuerdas, vientos, percusión, sintetizador y guitarra eléctrica) proceden del Zahir Ensemble y los cantantes forman parte de la recientemente constituida agrupación Ópera de Cámara de Sevilla". Esta última asociación, según su director, el también pianista Francisco Soriano, "tiene ya en su haber la puesta en escena de la ópera Cendrillon de Pauline Viardot en el Festival de Música Española de Cádiz del pasado mes de noviembre y se ha constituido con el objetivo de recuperar el repertorio de óperas de cámara y de salón".

Para Juan García, "el lenguaje musical de Philip Glass es perfectamente asequible por cualquier público, pues es extremadamente tonal. Se ha etiquetado a su música de minimalista, pero el propio Glass se ha definido como un compositor que hace música teatral con elementos que se repiten. En este caso, Glass amplifica el ritmo interno del relato de Poe y el carácter hipnótico de sus atmósferas mediante un discurso musical caracterizado por un pulso perpetuamente sostenido, con células temáticas que se repiten, pero que en cada repetición ofrecen un pequeño matiz armónico o rítmico que capta de manera profunda la atención del oyente".

Alain Damas, que encarna el personaje de Roderick, abunda en esta última característica: "Es tan intensa la música y tan acuciante su devenir rítmico que hay momentos que me emocionan y me conmueven cuando los canto". Madeline es asumida por la soprano Sachika Ito, quien destaca sobre este rol que "si bien en el relato de Poe mi personaje nunca habla y es sólo una sombra, Glass le otorga más protagonismo: para caracterizar su personalidad fuera de este mundo, lo hace cantar solo mediante vocalizaciones. Esto supone la dificultad de tener que dar sentido a las emociones del personaje sin el apoyo de la palabra, sólo con el sonido de la voz".

David Lagares (William) anima sin restricciones al público sevillano a asistir el miércoles al Teatro Central: "Encontrarán una ópera nunca vista, que no dejará indiferente a nadie y con una calidad inmejorable".

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