DIRECTO Jueves Santo en Sevilla, en directo | Semana Santa 2024

El tiempo El tiempo en Sevilla para el Jueves Santo y la Madrugada

neil hannon. músico

"Soy demasiado vago para la alta cultura"

  • Neil Hannon, el romántico e irónico dandi tras The Divine Comedy, presentará el 5 de febrero en el Teatro Alameda su nuevo álbum, 'Foreverland', dentro del ciclo 'Nocturama'.

Enfunfado en su traje de caballero a la antigua usanza, Neil Hannon viene dando forma desde hace más de 25 años, con The Divine Comedy, a una discografía que funciona como una burbuja espacio-temporal ajena a los vaivenes de las modas y los sonidos de temporada. Desde ella ejerce de dandi por excelencia del pop británico, baste recordar trabajos como Casanova, Fin de Siècle o Absent Friends. Ahora acaba de publicar un nuevo álbum, el primero tras seis años volcado en proyectos personales y tocados a veces -como en The Duckworth Lewis Method, un disco conceptual dedicado al cricket- por ese espíritu tan british que aúna el costumbrismo y la excentricidad.

Foreverland, el regreso a su banda de siempre, tiene todo lo que uno puede esperar de un disco de Divine Comedy: encanto romántico, irónicas (y sarcásticas) crónicas sentimentales de la vida moderna, finas dosis de self-deprecation y por descontado los omnipresentes arreglos orquestales marca de la casa. Neil Hannon visitará Sevilla para presentar sus nuevas canciones el próximo 5 de febrero en el Teatro Alameda, dentro del ciclo Nocturama.

"Sí, he estado haciendo un montón de cosas", dice Hannon al otro lado del teléfono. "Escribí dos óperas de cámara. Una es una especie de diario de un hombre joven que está muriéndose de cáncer, algo bastante duro. La otra la hice para la Royal Opera House. Tenían un proyecto llamado Opera Shots y participé en él con una pieza corta, de una media hora, basada en una de las historias de Los relatos de Sebastopol de Tolstoi. Y también escribí una pieza de órgano para el Royal Festival Hall, Our Fathers in Distress, que trata sobre mi familia y mi infancia. En principio, diría que ninguno de esos trabajos tiene demasiada relación con Foreverland, aunque me ayudaron a componerlo. Me gusta hacer todas esas cosas, entre otros motivos, porque me llevan a aprender más sobre arreglos musicales. Ahora pienso que esas óperas y la pieza de órgano podrían haber sido obras más redondas, tal vez elegí las ideas equivocadas o fui demasiado ambicioso cuando debería haberme decantado por algo más asequible. Pero bueno, uno vive, y viviendo aprende. De eso se trata".

Impregnado de vida, en efecto, nos llega Foreverland, una suerte de autobiografía en clave, centrada en estos últimos años de relación con su pareja la cantante Cathy Davey (colaboradora en el álbum). Con distancia y mediante sus refinados juegos, eso sí, y con sabor de época, pues lo mismo Hannon, en pleno rapto de amor, le dedica una canción a su novia transfigurada en la emperatriz rusa Catalina la Grande, que se autoparodia ácidamente como un Napoleón de la seducción. "Obviamente estoy hablando de mí mismo, pero no quiero que la gente lo sepa todo sobre mi vida. Hablar de tus experiencias te ayuda a ti mismo y además hace que las canciones sean más verdaderas, pero me gusta capturar esas emociones reales en forma de pequeñas ficciones. La canción Foreverland, por ejemplo, trata sobre cómo imaginas tu vida cuando eres pequeño, y sobre dónde estás ahora, de adulto. Es una canción sobre los sueños que una vez tuvimos todos, los que fueran. Pero decirlo tal cual es aburrido, así que prefiero contar la aventura de un explorador que navega por el océano en busca de una tierra que cree que existe, pero aún no la ha alcanzado, y mientras tanto debe lidiar con una tripulación que quiere volver a casa y amenaza con amotinarse porque su comandante los conduce a la muerte", explica.

El típico disco de Divine Comedy, ya decíamos. Donde típico, a estas alturas, sólo puede significar algo bueno. Todo ello, con su habitual música culturalista y ligera, romántica y burlona a la vez. "Disfruto tanto de Edith Piaf como de Roxy Music. ¿Por qué limitarme, si disfruto del rock 'n' roll, de la música clásica o del cabaret, por ejemplo, y además me ayudan a componer?", se pregunta retóricamente Hannon, uno de esos artistas difíciles de reducir a una sola categoría. "¡A muchos debe de resultarles irritante!", dice entre risas que no dejan de salpicar la conversación. "No me siento fuera de lugar, aunque a veces escucho cierto pop moderno y pienso: ¿esto qué tiene que ver conmigo? Pero la cuestión es que es fantástico que haya gente que quiera escuchar lo que hago. Porque lo que hago, a veces, es bonito. No diría que mi música es extraña, pero desde luego a la moda no está. Supongo que mi inteligencia no me da para ser alta cultura, pero tampoco soy lo bastante estúpido para ser baja cultura. La verdad, me encanta eso que la gente suele considerar alta cultura, pero soy demasiado vago, nunca seré, ejem, un erudito. ¡Ni siquiera fui a la universidad! Me gusta leer y ver largos y aburridos documentales, y luego pensar sobre todo ello haciendo música. No hay más. Quién sabe, a lo mejor algún día me convierto en alguien fashion...".

Ya lo hizo, en realidad, pero sin duda a su manera, en los años 90. En plena explosión del brit-pop como gigantesco fenómeno comercial, muchos no se limitaron a contemplar cómo, pongamos, los hermanos Gallagher y Damon Albarn se medían los egos -qué, si no-, y descubrieron al tipo sofisticado de la pandilla, allá en su rincón, pasando de los ridículos peajes del estrellato. "Acabé encajando en todo eso de forma accidental. Pero oye, me encantó. Yo quería ser una estrella del pop, una estrella rara, vale, pero quería serlo y verme en las listas de éxitos. Esa era mi única ambición y en cierto modo la cumplí, así que todo lo que ha venido después lo he vivido como un bonus". Las expectativas, reconoce, son hoy muy diferentes. "Quiero y necesito otras cosas. De lo contrario, no podría sobrevivir. Me dan igual los hits, no es lo que quiero hacer. Es más, ni siquiera sé qué se considera un hit ahora mismo. Todo ha cambiado tanto... Fama, notoriedad, tampoco las quiero, y además para tenerlas hay que trabajar mucho y yo prefiero pasar el tiempo en mi despacho, sentado, escribiendo música. Es lo que más disfruto. Eso y dedicar algún tiempo a tocar esa música ante la gente. Creo además que ahora escribo mejores canciones que cuando era joven. En fin, que ya soy mayor -dice el hombre tranquilo- pero a cambio me he vuelto sabio".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios