QUE David Cantero es una persona entrañable, por si alguien todavía lo dudaba, quedó demostrado a su paso por La noria hace una semana. Fuera de los encorsetamientos a que da lugar sentarse en la silla del plató de informativos, la actitud del presentador no pudo ser más sencilla y humilde.

La televisión, lo hemos comentado muchas veces, no engaña. Puede que magnifique o empequeñezca en lo físico, pero en materia de personalidad, de sinceridad, de verdad, es muy difícil escapar a sus dictámenes. En la comparecencia en La noria, David Cantero mostró su lado más personal, y quedó claro que ese es un lado amable, sincero y positivo.

Nos cae muy bien Cantero. También Jordi González. Por eso nos alegramos tanto al verles juntos, compartiendo plató. Se nota que se respetan. Que se aprecian. Se captó cuando al final de la charla se dieron un abrazo que no estaba en el guión. Se percibió en esos detalles que la televisión, que no es nada mentirosa pese a lo que algunos van diciendo de ella y en ella, deja traslucir.

En un momento de la charla los invitados preguntaron a David Cantero si se veía presentando otro tipo de programas que no fuesen los informativos. Él dijo que no. Que no sabría. Que ahí estaba Jordi González, que había demostrado valer mucho en registros muy distintos. Pero no era su caso.

Le creí. No aprecié impostura. Y es que este joven veterano procedente del Telediario transmitió sencillez y humildad, dos virtudes que le adornan. Sé que estas palabras suenan a piropo de incondicional. Pero es verdad, y no está de más resaltarlo. Es bueno y noble. Qué le vamos a hacer. Afortunadamente todavía hay gente así.

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