el derbi sevillano

La calidad, la que desnuda el plan

  • El equipo de Sampaoli, devorado literalmente con presión arriba y con Nasri desconectado, se estira más volviendo a la zaga de cuatro

  • La superioridad numérica y el balón parado deciden

Informe técnico del Sevilla Informe técnico del Sevilla

Informe técnico del Sevilla / Dpto. Infografía

Será de valientes y alguno dirá -puede que con razón- que hasta de osados, pero hablar de deficiencias a nivel táctico en un equipo que puede considerarse en resultados el mejor Sevilla de todos los tiempos, empatado a puntos con el líder, puede resultar estridente. Pero, más que nada, si no se ha analizado el juego con toda la amplitud de miras que requiere un encuentro como el que ayer firmaron los pupilos de Sampaoli o, mejor dicho, el propio Sampaoli en sí y su cuerpo de técnicos abanderado por Juanma Lillo.

El Sevilla remontó un partido en el que estaba devorado literalmente por el eterno rival tras un retoque del plan inicial y de la mano de la mayor calidad técnica de su plantilla. Bastó que se soltasen N'Zonzi y Nasri (sobre todo éste) de la presión inicial que propició la intensidad inicial de los béticos para que el derbi cayese del lado nervionense. Decidió el golpeo a balón parado, el que en otros partidos fue de Sarabia y que en esta ocasión salió de las botas de Nasri. A partir de ahí, la fe hasta el final, algo que siempre acompaña a este equipo, en especial si en el campo está un jugador como Iborra.

Defensa

Absolutamente empanado el sistema defensivo con la disposición que Sampaoli eligió de inicio. Pese a lo esperado y lo anunciado, refrescó muy poco el once y rescató la defensa de tres centrales, dejando en el banquillo a Mariano y exponiendo en esa banda a un Sarabia que no es defensa y que ha jugado tres partidos en una semana.

El Betis apoyó su gran arranque en algo parecido a lo que hizo ante el Barcelona: presión adelantada para buscar el fallo atrás (así llegó la falta del gol de Durmisi al ofrecerse tarde N'Zonzi a Rami en zona comprometida) y obligar a Sergio Rico a dar el pelotazo. El equipo de Víctor lograba así desconectar la asociación N'Zonzi-Nasri y, para terminar, volcaba el juego por esa banda en la que Sarabia y Mercado sufrían en inferioridad numérica. La consecuencia fue que la primera parte resultaría absolutamente nula en ataque y con la conexión de pases más utilizada en una clara tendencia hacia atrás (Nasri a N'Zonzi, 11 veces), mientras que la del Betis era hacia delante (Ceballos-Rubén Castro, 8).

Los cambios en el descanso llevaron a una metamorfosis en la que también favoreció el paso atrás del Betis (o el mérito de obligarlo a dar ese paso atrás) bajo el regreso a una defensa de cuatro.

Ataque

Inexistente en la primera mitad por la desconexión de Nasri, el triángulo que formaban Franco Vázquez, Vitolo y Jovetic era cómodamente controlado por las vigilancias béticas. La salida de balón, casi como en Las Palmas, era un calvario por la presión alta del Betis y el juego directo al que se veía abocado de nada servía sin Iborra. Con el 4-1-4-1 tras el descanso, Nasri se apoderó del balón y la calidad fue apareciendo. Escudero podía salir de la cueva y la frescura de Ben Yedder abría huecos. La presencia de Iborra acompañaba a Nasri y acaparaba marcadores para que le doblara N'Zonzi... En definitiva, la mayor calidad juntándose en superioridad.

Virtudes

El balón parado. Golpeo y demás.

Talón de aquiles

Sin recursos ante la presión.

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