La opinión invitada

Freno al mejillón cebra en el Guadalquivir

  • El presidente de la CHG explica cómo se está luchando contra esta especie invasora

LA lucha contra el mejillón cebra, una de las 100 especies más dañinas del mundo según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), se ha convertido en uno de los objetivos ambientales más importantes para la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir en lo que compete a los embalses de la cuenca, aunque es la comunidad autónoma quien tiene las competencias íntegramente para hacer frente a las especies exóticas invasoras y a quien la CHG ha brindado toda la colaboración.

Investigación, control, prevención y divulgación son las tres grandes líneas de acción que viene desarrollando la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir para hacer frente a este molusco invasor que, si bien no se puede erradicar, sí podemos controlar para evitar su propagación.

Desde que tuvimos constancia de la presencia de los primeros ejemplares adultos en el embalse de Bermejales (Granada) en 2009 e Iznájar (Córdoba) en 2012, comenzamos a trabajar. En esta etapa tan temprana, y desconocedores del comportamiento que podría tener esta especie en nuestras aguas, decidimos apostar por la investigación. Para ello, suscribimos un convenio de colaboración con Emproacsa (Aguas de Córdoba), que nos permitió, entre otras cosas, conocer el ciclo de vida del mejillón cebra en la cuenca del Guadalquivir gracias al desarrollo de un sistema de alerta temprana. Pero esto fue solo el principio.

De inmediato, y en paralelo a la investigación, comenzamos con las tareas de control y prevención que, desde entonces, se vienen ejecutando de forma periódica: muestreos en toda la cuenca para comprobar la ausencia de contaminación; protección de la captación de agua bruta del embalse de Iznájar para asegurar el abastecimiento de 30 municipios (250.000 habitantes) del sur de la provincia de Córdoba; elaboración de los mapas de riesgo según el grado de asentamiento y posible colonización.

La presencia de esta especie en La Breña II (Córdoba) en mayo de 2015 y el inmediato confinamiento de las embarcaciones que navegaban por sus aguas motivaron la suma de una nueva batería de actuaciones con el objetivo de reducir los impactos negativos en nuestros usuarios.

Para empezar, instalamos tres estaciones móviles de desinfección -una por embalse afectado- para la correcta limpieza de los aparejos de pesca, utensilios de baño y de las embarcaciones confinadas que quisieran abandonar la lámina de agua afectada. En estos enclaves también se está realizando una campaña señalética, dirigida a los usuarios de estos embalses, para informales sobre la especie, los accesos acotados y la ubicación y funcionamiento de las estaciones de limpieza.

Además, instalamos en la presa de Peñaflor (Sevilla) la primera estación de monitorización en continuo de la cuenca del Guadalquivir para la identificación de larvas. Huelga decir que nuestro regadío es uno de los usos más afectados por el mejillón cebra y este punto es clave, ya que de él parte el canal de riego que abastece a las comunidades de regantes del Valle Inferior y del Bajo Guadalquivir. La segunda estación ya está en estudio.

Nuestro empeño por dotar a la cuenca de las máximas garantías frente a esta especie nos llevó a firmar a finales del año pasado un convenio con el Laboratorio Ibérico Internacional de Nanotecnología (INL) para su detección precoz mediante el análisis de ADN ambiental. Hoy día, gracias a este proyecto en el que seguimos trabajando, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir se encuentra a la cabeza mundial en el desarrollo de estos sistemas de prevención y control de estas especies invasoras en las cuencas fluviales.

Y es que nuestro caso no es aislado. El mejillón cebra, a día de hoy, está presente en todas las cuencas andaluzas: Guadalquivir, Mediterránea y Atlántica. Y, en consecuencia, afecta a todos los usuarios (abastecimientos, regantes, industrias), ya que es capaz de cubrir la toma de agua, disminuir los calibres de las tuberías y obstruir instalaciones que toman y distribuyen agua. Impactos económicos a los que hay que añadir los ambientales, que provocan la pérdida de la calidad del agua o el desplazamiento de las especies autóctonas.

En este contexto, la divulgación y el asesoramiento técnico a los usuarios resulta fundamental para evitar su propagación.

En esta línea tampoco nos hemos quedado parados. Desde el organismo se está llevando a cabo una importante campaña de comunicación para concienciar al ciudadano de la problemática de esta especie con acciones tales como la elaboración de folletos y manuales informativos, la emisión de notas de prensa dirigida a los medios y la gestión directa con el usuario a través de nuestro canal en Twitter (@CHGuadalquivir), el hashtag #Stopinvasoras y el correo electrónico (stop.invasoras@chguadalquivir.es), habilitado para que el afectado o interesado pueda extenderse en su consulta.

Y seguimos trabajando. Nuestra intención es invertir hasta 2017 un total de 2,9 millones de euros porque, aunque las competencias en materia de conservación y protección de las especies autóctonas y la lucha frente a las invasoras pertenecen a la Junta de Andalucía, la CHG está comprometida con la protección y garantía del recurso para los distintos usos de la demarcación.

No obstante, y a pesar de las medidas tomadas, somos conscientes de que no podemos hacer frente a esta situación solos. Por ello, junto a la investigación, la prevención y la divulgación que promovemos, pedimos a los usuarios y administraciones afectadas colaboración porque se trata de una lucha que debe mantenernos unidos a todos.

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