Empresas que se adaptan en tiempos de crisis

De los componentes aeronáuticos a las mamparas anti Covid-19

  • La pantalla fabricada por Nomasa Innova ayudó a pequeños comercios de Alcalá y su entorno a contar con medidas de protección en lo peor del confinamiento

  • El testimonio de su gerente ilustra el incremento de precios de los materiales: ventas al mejor postor sin descargarse siquiera

Las mamparas que diseñó Nomasa y que se han vendido durante el confinamiento.

Las mamparas que diseñó Nomasa y que se han vendido durante el confinamiento. / M. G.

Tras una década como fabricante de piezas metálicas para el sector aeronáutico, aunque también surten al ferroviario o a la minería, la empresa Nomasa Innova, con sede en Alcalá de Guadaíra, ha adquirido cierta popularidad con la crisis del Covid-19 más allá de esos ámbitos especializados. Se debe a que en los días duros del confinamiento, cuando el que había sorteado el contagio estaba pendiente de esa curva de la que dependía la normalidad extraña de ahora, facilitó a muchos negocios de su entorno -farmacias, panaderías, fruterías o estancos- el acceso a mamparas, que no se encontraban o por las que se pedían elevados precios.

En 48 horas y con sus recursos humanos y materiales fue capaz de diseñar y producir un modelo de mampara de protección frente al Covid-19, que la propia Federación de Industriales y Comerciantes de Alcalá (FICA) difundió ante las numerosas consultas al respecto y que Nomasa distribuyó prácticamente a precio de coste.

Todavía las fabrican y venden, con modelos para mostradores, líneas de cajas o puestos de trabajo en oficina, en lo que ha supuesto una ayuda para el negocio y para mantenerlo cuando ha caído la demanda en otros aspectos. No obstante, el gerente de Nomasa, Juan Morato, deja claro que la línea principal de trabajo de esta compañía fundada por la familia Márquez-Delgado sigue siendo la aeronáutica.

La empresa va a mantener la fabricación, aunque la principal línea de negocio sigue siendo la aeronáutica, la minería o el ferrocarril

"Surgió al principio, cuando no había mascarillas por ningún lado y traje unas que tenía en casa", refiere Morato, que señala que faltó una y decidieron poner una mampara a la compañera de recepción. Pero ya le pedían entre 150 y 200 euros. En contra del dicho en casa de herrero cuchara de palo, estos especialistas en mecanizados de precisión, se pusieron a fabricarla. Tienen departamento de ingeniería, programas de diseño y salió en 48 horas.

El modelo, con soportes antivuelco de madera con tratamiento hidrófugo, es el que están vendiendo a entre 76 y 88 euros, con las medidas 750x1.000 y 1.000x1.000 milímetros, respectivamente. Con una máquina de diseño propio y un empleado son capaces de producir hasta 4.000 mamparas al mes, que les está generando una "pequeña facturación", aunque su sustento sigue siendo la aeronáutica.

"El margen que se ha puesto en el precio es para responder a las fluctuaciones del mercado" y los materiales que utilizan.

Y el testimonio de Morato ilustra cómo las nuevas necesidades por la pandemia están disparando los precios de algunos productos: "Al igual que pasó con las mascarillas, en mes y medio no había forma de encontrar plásticos y los precios se incrementaron hasta un 40%. Placas de 120 euros pasaron a costar 180". Morato refiere también el caso de un cargamento que llegó a Sevilla con 350 planchas que se vendieron al mejor postor, sin descargarse siquiera.

Con el objetivo de mantener los precios, Nomasa ha cambiado el policarbonato que usó primero por el PVC compacto transparente. "Vamos a mantener la fabricación de momento, aunque no deje beneficios está sirviendo para mantener la actividad", señalan desde la compañía, donde los encargos empiezan a ser menos de mamparas estándar para pequeños comercios y más diseños a medida para salones recreativos o centros de ocio que también intentan adaptarse.

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