Andalucía es la comunidad más decisiva en unas elecciones generales, debido al peso de su población en el conjunto español. Las ocho provincias aportan 61 de los 350 sillones del Congreso de los Diputados. Hay que tener en cuenta que la circunscripción en estos comicios es la provincia, no la autonomía. A pesar de las distorsiones del sistema electoral, la proporción de andaluces en la Cámara es similar al de electores en el conjunto español: es el 17,4% del Congreso y el 17,8% del censo.

Hasta la primera década del segundo milenio, el voto de Andalucía en las generales era, básicamente, socialista, aunque el PP solía subir bastante en aquellos comicios en los que un presidente del Gobierno de este partido resultaba ganador. Esto cambia a partir de 2011, porque son unas generales que adelantan un cambio político en Andalucía que se materializó, en el caso de su Cámara autonómica, en 2018.

En 2011, el PP de Mariano Rajo obtuvo 33 escaños por 25 del PSOE, más dos de Izquierda Unida. El PSOE volvió a ser primero en 2015, pero por una escasa diferencia de un escaños frente al PP. En estas generales ya irrumpió Podemos, con 10 diputados, y Ciudadanos con ocho. El PP quiere repetir este domingo el resultado de 2011.

El PP ganó las elecciones de 2016, pero también por un escaso margen de tres escaños respecto al PSOE. Las últimas, las de 2019, fueron las de mayor reparto del voto: 25 (PSOE), 15 (PP), 12 (Vox), 6 (podemos), 3 (Ciudadanos).

El número de andaluces que puede votar este 23 de agosto es de 6.669.252 personas, mientras que el total nacional asciende a 37,4 millones. Las provincias donde más diputados se eligen son las de Sevilla, con 12, y Málaga, con 11. Las que menos son las de Jaén y Huelva, con cinco cada una. Cádiz elige 9, y Granada, 7. A Almería y Córdoba le corresponden 6.

En estas elecciones también se elige la representación del Senado, aunque cada circunscripción aporta el mismo número de escaños: cuatro.