El pasado mes de octubre la Consejería de Agricultura suscribió un convenio con la Universidad de Granada (UGR) y con la Fundación Parque Tecnológico de la Salud para la creación de un órgano que será vital en el desarrollo de la agroindustria andaluza de última generación, el Centro de Investigación y Desarrollo del Alimento Funcional (Cidaf).  El director del mismo, Alberto Fernández, va más allá y asegura que está llamado a "convertirse en uno de los más importantes en el sur de Europa" ya que será el "único centro de España con una planta piloto en sus instalaciones".   

Actualmente se están dando los primeros pasos legales para la definición oficial como centro y la creación de una Fundación. Con vocación andaluza y preeminentemente práctico, "tendrá un 100% de transferencia", este organismo propone un trabajo de investigación de carácter multidisciplinar en el ámbito de los alimentos funcionales y los nutracéuticos.

Los primeros incluyen cualquier alimento natural o procesado que además de sus componentes nutricionales contiene otros, denominados compuestos bioactivos, que favorecen la salud, la capacidad física y el estado mental de una persona.    

Por su parte, los nutracéuticos son sustancias naturales bioactivas concentradas que se presentan en una matriz no alimenticia (pastillas, cápsulas) y tienen un efecto favorable sobre la salud del consumidor.

Hasta ahora los productos más conocidos de este segmento son la leche y sus derivados como, por ejemplo, los yogures con aportes de Omega-3 o pastillas nutracéuticas con ácido maslínico procedente del olivo. Sin embargo hay un mundo por conocer dentro de este ámbito agroalimentario, al que Fernández le augura un "futuro extraordinario" dentro del territorio nacional. A día de hoy países como EEUU o Japón ya son consumidores habituales en un 42% y un 40% respectivamente a nivel mundial. El perfil del consumidor es "medianamente pudiente" aunque los precios tenderán a cambiar dependiendo de la demanda y el número de productos que se vaya desarrollando.       

Las instalaciones del Cidaf se ubicarán en el Centro de Desarrollo Farmacéutico y Alimentario del Parque Tecnológico de la Salud, que además aporta equipamiento, mientras que la UGR aportará profesionales y equipo científico, fomentando el desarrollo de programas de formación relacionados con rama de investigación. Desde la Consejería de Agricultura y Pesca se promoverá la participación activa de la Junta y la colaboración en proyectos comunes de investigación.    

El director del Cidaf destaca, asimismo, la colaboración constante que se establecerá con los patronos (entre los que se incluye Cajamar, Caja Rural de Granada, Maeva o Grupo Mahou) y con el empresariado. Y es que la finalidad es "rentabilizar los estudios y favorecer el desarrollo industrial" de Andalucía. "Necesitamos a las empresas y les ofrecemos ideas que sean de interés para ellas".

Los objetivos que plantea el Cidaf se enmarcan dentro de los establecidos en el Plan Estratégico para la Agroindustria Andaluza: mejorar la competitividad y generar un mayor desarrollo económico y social en la región.