El catedrático de la Universidad de Cádiz sólo admite un desfalco de 20.000 euros
Ángel del Valls se autoinculpó antes de que la UCA auditase un posible desvío de fondos de un millón
La causa penal contra el catedrático de Química de la Universidad de Cádiz Ángel del Valls la inició él mismo. El pasado 20 de marzo de 2017 acudió al juzgado de instrucción número 1 de Cádiz, el que ese día estaba de guardia, para decirle al juez, que se presentaba allí para denunciar que él, sin ayuda de otros, había desfalcado dinero de los fondos europeos Wacoma, un máster interuniversitario Erasmus en Gestión de Agua y Costas, del que era coordinador.
Esta autoinculpación se produjo al saberse investigado por la unidad de interventores de la UCA, que habían detectado durante un periodo de casi diez años que las facturas presentadas por Valls no se correspondían con el material existente en su departamento, dedicado a la investigación de la contaminación costera. Además, había dudas sobre viajes y dietas costeadas por estos fondos. En total, la auditoría de la UCA cifraba el dinero volatilizado, que tendrían que haber sido empleado en investigación, en no menos de un millón de euros.
La confesión de Valls ante el juez no llegaba tan lejos, por lo menos en cuanto a cantidad. Admitía haber comprado material como hornos y frigoríficos especializados para sus funciones (fue los aparatos que él puso como ejemplo) y que, a continuación, había utilizado algunos de ellos para su uso personal, lo que se podría entender que para su venta, ya que él sólo entregaba facturas. Como coordinador él no manejaba dinero personalmente, explicó ante el juez, sino que hacía un planteamiento de necesidades para acometer los proyectos que los fondos europeos consideraban ser apoyados económicamente, un supervisor autorizaba sus compras y él presentaba las facturas
La otra manera de apropiarse de los fondos tenían que ver con viajes y firmas de dietas. Entre unas cosas y otras, en "una aproximación doméstica", según sus propias palabras ante el juez, la cantidad defraudada desde el año 2011, y fue él quien puso esa fecha, sería de unos 20.000 euros. Tras finalizar su autoinculpación y mostrar sus arrepentimiento depositó esa cantidad, 20.000 euros, en el juzgado, si bien se reservaba otra posterior confesión en el caso de que avanzara la investigación. Y la investigación no paraba de avanzar y de irse años y años atrás.
Esta cantidad no satisfizo a la UCA, que una semana después, el 28 de marzo, hizo una ampliación de una denuncia presentada en la Fiscalía con anterioridad. En concreto, el 22 de febrero, la primera vez que la Justicia tiene constancia de lo que está sucediendo. La UCA insistía en que la cantidad que había desaparecido era muy superior a la admitida por Valls. Ante esta apelación, el juzgado número 4 ordenó el embargo de sus propiedades, dos chalés, uno en Vistahermosa y otro en Valdelagrana. Los investigadores temían que pudiera deshacerse de estas propiedades antes de responder por la cantidad estimada por la UCA. Ambos chalés podían aproximarse al dinero que la Universidad va a reclamar que sea restituida.
El abogado de Valls, Felipe Meléndez, sostiene que su defendido, sobre el que se cierne una posibilidad más que probable de acabar en la cárcel por malversación, falsedad documental y estafa, no pudo haber alcanzado semejante cantidad de extravío, "ya que hay materiales que sí existen en y los viajes se hicieron".
También te puede interesar
Lo último