Su picadura es molesta, está activo las 24 horas y puede trasmitir enfermedades de tan mal nombre como el dengue o la virosis por Chikungunya. El Aedes albopictus, alias mosquito tigre, llegó a España en 2004 desde Italia vía tráfico terrestre. Desde entonces, se le vigila en Cataluña y Levante, ha sido detectado recientemente en Murcia y la lógica dice que cualquier día aparecerá en Andalucía. Biólogos, empresas de control de plagas, expertos en erradicación de mosquitos y Administración coinciden en que no tiene sentido generar alarma al respecto pero sí hay que estar en alerta.

Rubén Bueno es biólogo del Laboratorio de Entomología del Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva de la Universidad de Valencia. Junto a Ricardo Jiménez, es autor de un trabajo publicado en el último número de Revista Española de Salud Pública. En ese artículo de investigación, centrado en las implicaciones sanitarias de la expansión del mosquito tigre en España, se pide que se declare Enfermedad de Declaración Obligatoria (EDO) el dengue, como patología centinela de posibles casos indetectados, dado que, en el contexto clínico, esta infección viral (sólo en casos graves puede suponer un riesgo serio para la vida humana) puede confundirse con una gripe. Según explica Bueno, "esta especie no necesita grandes extensiones de agua, vive en depósitos, aljibes, husillos, fuentes ornamentales, cualquier recipiente. Eso implica que su dispersión está muy relacionada con la actividad humana y especialmente en entornos urbanos más que en el mundo rural. Es muy importante -señala este investigador- la concienciación ciudadana en asuntos tan prácticos como la renovación del contenido hídrico de los diversos recipientes domésticos". Para Bueno, que tiene clara la importancia de la declaración del dengue como EDO -algo en lo que ya está trabajando el Ministerio de Sanidad, que es la autoridad competente en esta materia-, el mosquito tigre "ha pasado de ser una mera anécdota referente a una especie invasora a ser una seria amenaza para la salud pública". En coherencia con las predicciones relativas a la aparición de nuevos vectores transmisores de enfermedades asociada al cambio climático, los mapas de riesgo elaborados periódicamente por el ECDC (Centro de Control de Enfermedades de Europa, por su acrónimo inglés) incluyen a España en todos los escenarios de expansión del mosquito tigre en función de los datos de pluviometría y temperatura, a lo que se añade que esta especie no depende tanto de las lluvias o de las mareas como de los estancamientos de agua ligados a la actividad humana.

Milagros Fernández de Lezeta es directora general de la Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas (Anecpla). Un total de 78 empersas andaluzas forman parte de esta organización sectorial, habitual interlocutora con la Administración y el mundo académico en este ámbito. Para Fernández de Lezeta, "No estamos alarmados por el mosquito tigre, pero sí estamos atentos. Es más, muy preocupados: porque esta especie puede tener su lugar de cría en cualquier parte". La directora general de Anecpla señala que "la comunicación con la Administración autonómica siempre está abierta, porque somos sus herramientas de aplicación de la normativa de control de vectores. Y somos empresas prestadoras de servicios directos a la Administración local". Empresas. Que trabajan para los ayuntamientos en muchos casos. Eso significa, en la coyuntura actual, riesgo de impagos. López de Lezeta comenta al respecto que "nuestros asociados siguen prestando servicio, pero la gran mayoría son pymes que lo están pasando muy mal". En cualquier caso, esta portavoz empresarial señala respecto al mosquito tigre que "si no hay alerta, no se detecta".

El Servicio de Control de Mosquitos de la Diputación de Huelva tiene una reputación generalizada de eficacia en este ámbito conquistada durante años de trabajo. Tiene a su cargo 130.000 hectáreas de 11 municipios onubenses. El jefe del Servicio es José Carlos Gálvez. "Nuestra red de muestreo aún no ha capturado ejemplares de albopictus. Pero es cuestión de tiempo; tarde o temprano, tendremos aquí al mosquito tigre. Es lógico, hace poco que ya ha sido detectado en Murcia y últimamente, en Baleares". Gálvez explica que la lucha contra esta especie es diferente a la que centra los esfuerzos de su servicio: "El control del mosquito tigre es difícil, porque la especie no depende de los ciclos mareales de las marismas, puede habitar en cualquier espacio privado; por ejemplo, en los pequeños tiestos de flores de los cementerios, en un bidón de jardín del chalé de una urbanización que sólo se abre en verano". Gálvez reconoce que extender el modelo de su servicio a otros contextos es complicado, porque es caro. "Pero, si no buscas, no encuentras", señala.

Para Josefa Ruiz, secretaria general de Salud Pública de la Junta de Andalucía, el control de vectores no es un asunto nuevo. "Tenemos establecido un circuito de alerta e intervención que cuenta con nuestra experiencia en otro vector parecido, el del virus del Nilo, con una vigilancia que va desde los reservorios animales hasta la clínica. Afortunadamente, en el caso del mosquito tigre las repercusiones sobre la salud humana, salvo excepciones, no son graves", señala Ruiz. "En la salud pública no se toman decisiones en función del miedo, sino de la evaluación de riesgos. Estamos atentos, desde luego, aunque el mosquito tigre aún no ha sido detectado en Andalucía".