Del júbilo del Gordo a la violencia racial
En sólo una semana Roquetas de Mar ha pasado de la euforia por la lluvia de millones de euros a los disturbios provocados por la muerte a puñaladas de un inmigrante guineano
Dos algaradas muy distintas en apenas unos días. La primera fue una explosión de alegría; la segunda, de violencia. Las dos en el mismo escenario: la localidad almeriense de Roquetas de Mar.
El día 22 el municipio fue portada de todos los noticiarios: sus habitantes bailaban y brindaban delante de las cámaras de televisión porque el Gordo de la Lotería de Navidad (el 79140) anegó con su lluvia de millones las calles de Roquetas. Algunos de los agraciados eran inmigrantes subsaharianos. Tres días después también focalizó el interés mediático, pero por un motivo bien diferente: un joven guineano perdía la vida al ser apuñalado por un hombre gitano en el transcurso de una discusión de tráfico la madrugada del día de Navidad y después la comunidad de inmigrantes provocaba graves altercados y disturbios que tuvieron que ser reprimidos por un fuerte dispositivo de la Guardia Civil -con agentes de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) procedentes de Sevilla y Valencia que se agregaron a los llegados de Aguadulce, El Ejido y de la capital para apoyar a sus compañeros de Roquetas- y de la Policía Local.
Contenedores volcados y ardiendo, coches calcinados, dos agentes de la Policía Local heridos... Los acontecimientos llevaron a la memoria de los habitantes de Roquetas los hechos ocurridos en 2008 en la barriada conocida como las 200 Viviendas, cuando un inmigrante senegalés de 28 años murió en un ajuste de cuentas por tráfico de drogas. Entonces también se produjeron disturbios, que incluyeron el incendio de dos viviendas y ataques a las fuerzas de seguridad.
El alcalde de Roquetas, Gabriel Amat (PP), abogó ayer por la necesidad de dejar actuar a los investigadores para que esclarezcan el suceso y subrayó que "no se puede criminalizar a un colectivo por un hecho aislado". Amat se reunió con familiares y compañeros de la víctima, que "están de acuerdo en que hay que esperar y dejar trabajar a las fuerzas de seguridad para que esclarezcan lo ocurrido", aseguró el alcalde.
La zona de los incidentes es un barrio que concentra a la mayoría de la población inmigrante, en un municipio con una población donde conviven personas de múltiples nacionalidades. Amat aseguró que lo ocurrido "no responde a un problema de integración, ya que la convivencia se demuestra día a día y no con hechos aislados". El alcalde, también presidente de la Diputación de Almería, afirmó durante su visita a la zona que ya está "todo controlado" y "en calma", pues además de reunirse con los familiares de la víctima, Amat informó de que también ha hablado con los representantes de las asociaciones y con el embajador de Guinea en los mismos términos de mantener la calma y dejar actuar a los agentes. Según el alcalde, "al parecer fueron personas llegadas de fuera las que provocaron los incidentes", pero ante ello "debemos esperar a que la investigación siga su curso, porque todo va a quedar clarificado".
Por otra parte, el subdelegado del Gobierno en Almería, Andrés García Lorca, explicó que la situación es "de absoluta normalidad", tras los incidentes que tuvieron lugar en la tarde de este viernes. Durante toda la jornada de ayer, "se ha patrullado por el casco urbano de Roquetas sin apreciarse ningún problema", indicó el subdelegado, quien ha apostilló que se mantiene la vigilancia y que se está trabajando en poder "dar sepultura o repatriar el cadáver del ciudadano de Guinea fallecido".
García Lorca confirmó que no ha habido detenciones, al mismo tiempo que indicó que "sólo operan dos grupos antidisturbios, ya que no hay necesidad", pues "hay que tener en cuenta que la población subsahariana en Roquetas es de 3.000 personas, y los que participaron en los disturbios fue tan sólo una treintena, es decir menos del 1%".
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