El terrorista que murió en una bronca
Muerte de un bielorruso Una reyerta acaba con un experto en armas químicas
Andrei Misha, asesinado a puñaladas en La Línea, ya fue detenido en una operación contra células islamistas
Andrei Misha murió desangrado la mañana del pasado domingo en La Línea (Cádiz), cerca de la frontera con Gibraltar. Bielorruso de 36 años, había sido detenido en diciembre de 2005 en el marco de la operación La Unión desarrollada en las provincias de Sevilla, Málaga, Lérida, Palma de Mallorca -allí estaba él- y Granada contra el islamismo radical. Pero Misha no fue abatido el 4 de octubre por ningún grupo policial antiterrorista, ni se autoinmoló para engrosar la tétrica nómina de los mártires de la causa, ni tampoco le explotó una bomba que estuviera manipulando y, desde luego, no se contagió con alguna de las armas químicas que dominaba como un experto. No. Nada de eso.
Andrei Misha se desangró sobre el asfalto de La Línea porque un joven de 17 años le cosió el cuello a puñaladas en, lo que de momento, parece el trágico resultado de una reyerta. Pues la Policía mantiene un absoluto mutismo sobre los motivos que llevaron al menor R.I.G.C., internado ya en un centro, a acabar con el bielorruso. La causa de un intento de robo en plena madrugada, al que Misha habría opuesto resistencia, tampoco se descarta. Las heridas mortales que presentaba el cuello de la víctima las había hecho una mano certera.
Misha había llegado a La Línea un día antes del que sería el último de su vida. Se alojó en un hotel del centro. Estaba controlado: tras su detención en la operación La Unión fue puesto en libertad con cargos con la orden de no abandonar el país y presentarse periódicamente ante el juez. Se había establecido en Málaga.
¿A qué había ido el bielorruso a La Línea? Sea como fuera, el caso es que miembros de los Tedax del Cuerpo Nacional de Policía de Sevilla se desplazaron rápidamente el pasado martes hasta el hotel en el que se alojó Misha, del que sacaron dos maletas, una mochila y una caja con pertenencias del muerto para analizarlas.
Cuando fue detenido en 2005, la Policía definió al miembro bielorruso de la célula islamista desmantelada como un experto en armas químicas que había recibido entrenamiento en campos de instrucción de Chechenia y Azerbaiyán. Una estancia en Pakistán lo acercó al extremismo religioso. El grupo que disolvió la operación antiterrorista estaba liderado por Hiyag Maan, alias Abu Sufian quien, según la Policía, tenía relaciones con el entorno de Al Zarqawi, el líder de Al Qaeda en Iraq muerto en un ataque aéreo estadounidense seis meses después.
Las pesquisas policiales revelaron entonces que el grupo de Abu Sufian -bajo cuyas órdenes directas funcionaba Misha- preparaba a yihadistas dispuestos a viajar hasta Iraq para inmolarse en atentados suicidas. Entre estos figuraba un estudiante de Electrónica de origen marroquí de 22 años de edad que presumiblemente fue detenido en una vivienda en la que aguardaba la fecha en la que debía viajar hasta Iraq para protagonizar un atentado suicida.
De los 19 islamistas arrestados en la operación, diez fueron localizados en Málaga. Las averiguaciones policiales sobre esta célula radical indicaban que se había creado a partir de los contactos que se establecían en la mezquita de la calle La Unión, en la capital malagueña. La mayoría de los sospechosos eran asistentes habituales al centro religioso o, al menos, habían aparecido estratégicamente por él.
De hecho, dos de los detenidos estaban autorizados para dirigir el rezo y otros dos lo hacían de forma esporádica. En este sentido, el presunto cerebro del grupo, Abu Sufian, había acudido meses antes a la mezquita, aunque luego dejó visitarla. También fue visto en el centro Abdullah Garem algaarem Alqarni, un saudí al que la Policía le atribuía el papel de ideólogo.
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