Asesinan a puñaladas en su casa a un comerciante de la Alameda

Un comerciante de la Alameda y activista de la causa homosexual apareció muerto la madrugada del domingo al lunes con numerosas puñaladas en su cuerpo. También, según algunas fuentes, tenía enrollado sobre su cuello un cable metálico. La víctima de este crimen es Manuel Flores, de 45 años y natural del municipio onubense de Isla Cristina, propietario de una pequeña hamburguesería llamada La Trastienda situada en la calle Joaquín Costa. El negocio colinda con su vivienda, en el número 18 de esta calle, en la que unos amigos encontraron el cadáver sobre la una de la madrugada del lunes.

El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional está investigando los hechos para tratar de descubrir al autor del crimen y el móvil del mismo. En principio la Policía Nacional mantiene abiertas todas las hipótesis, si bien la del robo parece descartarse puesto que, en principio, no faltaba dinero de la caja de la hamburguesería. Desde la tienda se podía acceder hasta la vivienda de la víctima. Unos amigos entraron en el local y, al ver que no había nadie en el mismo, buscaron a Manuel Flores en la casa y lo descubrieron cosido a puñaladas y tendido en su cama.

A la hora de cierre de esta edición, ninguna persona había sido detenida en relación con los hechos. Pese a que el cuerpo fue encontrado la noche del domingo al lunes, la muerte de este comerciante no trascendió hasta ayer, cuando la federación de gays y lesbianas Colega emitió un comunicado condenando los hechos y expresando su preocupación por que Manuel Flores haya sido asesinado precisamente por su condición de homosexual y activista del colectivo gay. Hasta entonces, la Jefatura Superior de Policía había mantenido oculto este suceso argumentando que sobre el caso se ha decretado el secreto de sumario.

La posibilidad de que el asesinato responda a un móvil sexual o pasional es algo que no descartan los investigadores, que, entre otras líneas, trabajan en la hipótesis de que el crimen pueda responder a alguna venganza o despecho. Eso explicaría el ensañamiento que tuvo el asesino con la víctima. Ayer por la tarde, una pareja de policías estuvo interrogando a vecinos y empleados de negocios cercanos que pudieran haber visto algo extraño la noche del domingo.

Por el momento no se ha encontrado a ningún testigo que viera a alguien sospechoso entrar en la casa de la víctima ni escuchara gritos o discusiones antes de la hora en la que se descubrió el cadáver. A la una de la madrugada del lunes todavía había varios bares abiertos en la misma calle, uno de ellos situado justo enfrente de la hamburguesería La Trastienda. Nueve personas han declarado ante la Policía en los últimos días.

Mientras tanto, los agentes de la unidad científica inspeccionaron ayer la tienda y el domicilio del fallecido tratando de encontrar alguna huella que conduzca a averiguar la identidad del asesino. Por la tarde todavía podía verse el precinto policial colocado en la puerta del negocio. Quien mató a Manuel Flores se llevó consigo también el arma homicida, que no ha aparecido aún.

La muerte de este comerciante ha conmocionado al vecindario de esta zona de la Alameda de Hércules, puesto que se trataba de un hombre bastante conocido, tanto entre los hosteleros como entre el colectivo homosexual. Algunos vecinos y comerciantes del barrio consultados ayer por este periódico aseguran que Manuel Flores había recibido este fin de semana la visita de su pareja, que había venido de Isla Cristina, y se lo había presentado a sus amigos y vecinos.

También se ha investigado un posible ajuste de cuentas, puesto que la víctima tenía alquilada parte de su propiedad a una persona con la que había llegado a enfrentarse en un juicio por impago. Este inquilino había estado fuera los últimos seis meses y, precisamente este fin de semana, los vecinos habían vuelto a verle por el barrio. Todas las gestiones emprendidas por la Policía no han dado de momento ningún resultado en forma de detenciones. La víctima ya ha recibido sepultura en el cementerio de Isla Cristina.

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