Crónica del Jueves Santo Jueves Santo de memorias y esperas bajo la lluvia

El tiempo El tiempo en Sevilla para la Madrugada

Cómics

Cara, cruz o… ¡Muerte!

  • ¿Puede el infierno estar contenido en un simple trozo de metal?

Ilustración de portada.

Ilustración de portada.

Como en la famosa copla, la moneda que da título a esta magnífica antología cuyos relatos se interconectan, pasa de mano en mano y, aunque sus propietarios tienen el propósito de quedársela, el oscuro destino que les aguarda hace que este tiempo no sea demasiado largo.

Pero antes de comenzar a bucear dentro del contenido de este segundo volumen de The Silver Coin me gustaría proponeros un juego, un reto visual: Los que ya hayáis disfrutado de la primera entrega deberéis buscar en las viñetas de las diferentes historias guiños pertenecientes a este particular y terrorífico universo.

Y es que el horror puede esconderse en un salón de videojuegos y la obsesión de un chaval por poder ganar en su máquina preferida, donde siempre juega con el mismo personaje, el Segador, que una y otra vez es masacrado de mil y una maneras por sus oponentes.

Pero claro, todo cambiará en el momento en el que en sus manos caiga la fatídica moneda.

Y seguimos con el juego, en este caso nos trasladamos a la capital de éste, la mítica ciudad de Las Vegas, donde se alza un casino con un diseño arquitectónico bastante inusual, ya que imita a una pirámide azteca.

En su interior, el coro de las máquinas de jackpot nos conduce hacia un tipo que, gracias a los susurrantes consejos de la moneda, gana y gana cada vez más.

Lo que él no sospecha es que en la última planta del edificio le espera alguien, un inesperado narrador, que nos abre los ojos a unos ancestrales ritos.

Y es que si hay un sentimiento que una a todas estas historias es el deseo. Como el que comenzará a nacer en los obsesivos ojos de un hombre, limpiador de un edificio de oficinas que, desde el momento que vea la moneda, padecerá una incontenible fiebre que le lleva a cometer lo impensable, caiga quien caiga.

Hay ocasiones en las que la moneda llega a manos de personas de moral dudosa, como un detective que, además de su labor policial, se dedica a quemar edificios en el Bronx. Son los años setenta y la especulación tomó este particular método para echar a los vecinos de sus casas y comprar los terrenos a precio de saldo.

Pero el fuego no solo surgirá por su mano, sino que la moneda tendrá algo que decir en su destino final.

En Juramento: Abominación, una de las historias contenidas en el volumen, vamos a reencontrarnos con conocidas presencias, la mujer que fue ajusticiada, quemada como bruja y que inició la maldición de la moneda de plata. Ella se dirige a una joven, Aud, cuyo destino y el de su grupo de amigos estará marcado cuando un torbellino de horror y violencia los alcance.

De ahí a leer la transcripción de una grabación policial, en la que se relata un extraño suceso, un capítulo más de este oscuro argumento.

Y como colofón, un breve cómic en el que un grupo de jóvenes scouts hace su ruta por el bosque y están cerca, muy cerca, de la maldita moneda. ¿Podrán sostenerla entre sus inocentes manos?

El terror es un género en el que a estas alturas es complicado encontrar las originalidad, un resquicio no explorado en el que los escalofríos estén asegurados. Pero esta colección lo consigue. Y lo hace por dos motivos, en primer lugar los increíbles trabajos de un grupo de guionistas que se pasan el relevo, y con talento nos introducen en estos relatos en los que el miedo es el principal ingrediente. En esta ocasión, ellos y ellas reúnen en su curriculum vitae buena parte de la producción de los últimos años en las principales editoriales norteamericanas, ya sean Marvel, DC, Image o Dark Horse.

Sus nombres son Joshua Williamson, Ram V, Vita Ayala, Salomé Luce-Antoinette, Mathew Rosenberg y el encargado de ser el hilo conductor gráfico de la serie, el magnífico dibujante Michael Walsh, que también adopta la tarea de escritor en este volumen.

Ya sabéis, si os encontráis con una moneda como la de estos cómics, soltadla y corred, corred sin mirar atrás.

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios