Cómics

Tras los pasos de Jack

  • ¿Puede ser ésta la mejor historia sobre los macabros crímenes cometidos en el barrio londinense de Whitechapel?

Detalle de la ilustración de portada.

Detalle de la ilustración de portada.

La interrogación, el misterio, las dudas abarcan de principio a fin este oscuro caso que, a día de hoy, sigue sin tener una solución. Son mil y una las teorías acerca de la misteriosa identidad del asesino Jack El Destripador, pero por mucho que se hayan afanado docenas de criminólogos, historiadores y demás entendidos en el tema y la época, ninguno ha llegado a dilucidar, a dar rostro al criminal que recorrió las oscuras callejuelas de Whitechapel, masacrando de manera harto cruel a varias mujeres.

Pero claro, qué mejor medio que la ficción, y concretamente el cómic, para sumergirnos en una trama que tan solo puedo calificar como hipnótica. Y todo ello gracias al talento del que está considerado como uno de los mejores profesionales del medio, el guionista británico Alan Moore, al que creo que a estas alturas de la película es casi innecesario presentar.

De todas maneras, comentar que, hasta que se retiró, algo hastiado del medio, Moore ha dejado tras de sí una serie de obras que tan solo pueden ser calificadas como clásicos de la viñeta, del noveno arte: La saga de La Cosa del Pantano, Watchmen, La broma asesina, su etapa en los WildC.A.T.S., el universo ABC… Y un largo etcétera, en el que tiene un lugar privilegiado este From Hell que ahora vuelve a recopilar en un tomo Planeta Cómic, para regocijo de aquellos que aún no lo habían disfrutado.

Junto a Moore, un dibujante que, sin él saberlo cuando la estaba realizando (o tal vez sí), hizo la obra de su vida, un auténtico tour de force artístico que nos mete de lleno en la época, los lejanos días del siglo XIX, Eddie Campbell (Alec, Baco…).

Y todo comienza de la manera más inesperada, con una historia de amor entre un hombre y una mujer. Huyendo de sus obligaciones y, sobre todo, posición, Edward, el nieto de la soberana británica, Victoria, mantiene una relación con Annie Crook, una dependienta a la que deja embarazada…

Los invisibles hilos del poder comienzan a moverse y conoceremos la trayectoria ascendente de uno de los principales protagonistas de esta apasionante trama, un médico llamado William Gull que, a una ya avanzada edad, consigue ocupar el puesto de médico real.

Pero Gull tiene, llamémoslo así, un lado ‘oscuro’, miembro de la logia masónica que adora a una tríada de entidades, Jah-Bul-On, sufre una apoplejía en una excursión, lo que hace que su estado mental se vea bastante afectado.

Y precisamente él, citado por la estoica regente, será el encargado de eliminar completamente cualquier rastro de la relación de su nieto. Misión ésta que vamos a comprobar, Gull se va a tomar demasiado en serio, manchando las calles de Whitechapel de sangre, ayudado por un cochero, Netley, que se encargará de localizar a todas las mujeres que han podido conocer lo que ha ocurrido entre Annie y Edward.

Es entonces cuando el terror más absoluto llega a las calles de la urbe londinense, y en este retrato coral conoceremos en profundidad la mísera vida de estas mujeres que tienen que vender sus cuerpos por unas pocas monedas, arrastrándose entre callejones, en la oscuridad, soportando vejaciones y, una vez comiencen a ser asesinadas, el insulto y oprobio de sus propios conciudadanos, que las consideran a la misma altura que una inmunda rata, mostrándonos que el más radical machismo era el comportamiento habitual en esos, ya lejanos, tiempos.

Justo en este momento entra en el relato, aunque le veremos en el prólogo de la obra, lamentándose del fin de la investigación, al inspector Fred Abberline que, desde que el momento en el que su superior, el comisario Charles Warren, se verá metido en un vórtice que le dejará marcado por el resto de sus días…

Mientras, a bordo de su carruaje, Netley Y Gull nos regalan un bizarro paseo por ese Londres que tal vez no conozcamos, y que se esconde tras las coloridas postales. Lugares donde lo mítico, lo esotérico se mezclan, dibujando en el mapa de la urbe una reconocible figura.

Pero From Hell es mucho más que una historia de crímenes, es un perfecto retrato de una sociedad que crea a un monstruo. Policías con cuentas pendientes, periodistas demasiado listillos… Todos y cada uno de ellos, unidos a los habitantes del barrio, se van a encargar de moldear la ominosa figura del cruel Jack, al que nunca se pudo atrapar.

Tras la experiencia de la lectura de esta mayúscula obra del cómic y sus necesarios apéndices, uno queda exhausto pero satisfecho por haber transitado esa época y calles junto a un tándem de auténticos genios como son Alan Moore y Eddie Campbell.Y es que el Infierno puede estar a la vuelta de la esquina.

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