Digard, toda una temporada marcada por las lesiones

Llegó como el fichaje estrella para el centro del campo. Didier Digard, con 29 años recién cumplidos, era ese centrocampista veterano que debía ser en el terreno de juego la mano derecha de su entrenador, Pepe Mel, quien dos temporadas antes había peleado con mucha fuerza por su fichaje cuando Vlada Stosic se lo propuso. El francés, empero, decidió renovar por su club, el Niza, y dos años después ha demostrado que no tiene absolutamente nada que ver con aquél.

En la temporada 13-14 ya disminuyeron sus prestaciones en Francia, aunque llegó a disputar 29 partidos de Liga, pero la siguiente sí fue ya sospechosa, al cumular apenas 14 encuentros y sólo 9 como titular. Pese a ello, Maciá le ofreció un suculento contrato por dos temporadas que se ha revelado como un error. Digard, en el Betis, ha ofrecido todos los síntomas de que, más allá de su edad (en julio cumple los 30 años), es el típico jugador cascado, verificando los síntomas de haber emprendido una cuesta abajo sin retorno.

Esta temporada apenas ha jugado 8 partidos de Liga, dos como titular y un total de 293 minutos, más 150 en dos partidos de Copa del Rey. Las lesiones le han impedido jugar más, pero cuando ha actuado tampoco ha demostrado nada, quizá porque nunca ha encontrado el ritmo de competición.

Diversas dolencias menores lo hicieron arrancar tarde y, aunque jugó unos minutos en la segunda jornada en el Bernabéu, no volvió a hacerlo luego hasta la novena. Fue raíz de ahí cuando tuvo cierto protagonismo y enjaretó cuatro partidos seguidos, pero su musculatura volvió a resentirse y Mel se vio obligado a prescindir de él. Luego, Merino quiso introducirlo en la rueda, pero en cinco minutos ante el Valencia estuvo a punto de perder el partido y no ha vuelto a aparecer. El parón podría haber sido su última rampa de lanzamiento, pero el miércoles se retiró del entrenamiento por un problema en el cuádriceps izquierdo y ayer le ocurrió exactamente lo mismo.