Fútbol · Ascenso a Segunda División B

Reflejo de la temporada del Betis B

  • El filial, mal dirigido de nuevo por Óscar Cano, pierde la primera oportunidad de ascender al ser incapaz de ganar a un correoso UCAM Murcia. Los universitarios sí supieron leer el partido.

El Betis B perdió la oportunidad de ascender directamente, sin tener que jugar dos eliminatorias, algo que ahora tendrá que hacer para subir a Segunda B.

Y dejó escapar una gran ocasión porque su partido ante el UCAM fue un fiel reflejo de lo que ha sido su temporada en la liga, con una propuesta en la que predomina el juego directo antes que el fútbol de toque y ofensivo, un entrenador, Óscar Cano, más preocupado de las críticas que de dirigir bien a su equipo, y un plantel de un nivel de calidad muy parejo en el que sobran dedos de una mano para ver qué futbolistas marcan las diferencias y tienen posibilidades de dar el salto al primer equipo. Si encima enfrente está un rival que sabe leer mejor el partido, que es muy rocoso y que tiene la pizca de suerte necesaria como en cada juego, el resultado es el que fue, un empate que permitió al cuadro murciano regresar a la categoría que perdió el año pasado.

La que no falló fue la afición, que con cerca de 3.000 espectadores llenó la ciudad deportiva para ver un choque de poco fútbol y mucha intensidad para marcharse desencantada. Y es que los partidos tan igualados suelen desatascarlos, normalmente, los jugadores con más calidad, y ahí brillaron Juanma, que tuvo el 1-0, en el minuto 22, en un mano a mano que salvó Javi Muñoz; Isuardi, que poco después casi marca un gol de córner directo; y Varela, con dos lanzamientos de falta directos que no acabaron en gol porque el primero dio en el travesaño y el segundo lo sacó Javi Muñoz, con una gran estirada.

Por ocasiones, el filial verdiblanco fue mejor en el primer tiempo, pero las sensaciones, por el juego de uno y otro equipo, eran muy diferentes. La segunda parte comenzó de la mejor manera para el conjunto bético, pues Sofian marcó, en el minuto 50, al cazar un rechazo dentro del área pequeña. Con todo de cara, el segundo equipo del Betis dio un paso atrás y dejó al UCAM adueñarse del balón, y entre eso y no saber cerrar el partido, los murcianos fueron creciendo en su juego hasta que llegó el empate en un absurdo penalti de Moyita que Andrés Carrasco transformó, en el 76.

De ahí hasta el final, el UCAM, al contrario que el filial, sí cerró el partido, no se jugó al fútbol y supo mantener el empate para conseguir, con justicia, el ascenso.

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