Cuando parecía que Manolo Jiménez había dado con la tecla para la defensa, una nueva lesión se cebó con la línea más tocada en este aspecto del Sevilla. Adriano, un habitual de las dolencias musculares por su fisonomía, se rompió frente al Villarreal. El brasileño disputó los 90 minutos, pero concluyó el partido visiblemente dolorido y con hielo en una de sus piernas y las pruebas a las que se sometió ayer por la mañana confirmaron el peor de los pronósticos: rotura subfacial del gemelo izquierdo.

El futbolista de Curitiba, que la temporada pasada tuvo muchos problemas en el bíceps femoral y esta pretemporada sufrió un esguince del ligamento lateral interno de su rodilla que retardó bastante su concurso, se había asentado en el lateral izquierdo, una posición maldita desde el principio de la temporada y por la que han pasado nada menos que seis jugadores desde la noche dramática del Sevilla-Getafe: Dragutinovic, Crespo, Duda, Casado, Martí y el propio Adriano.

Según el parte médico facilitado por el club, el jugador ambidiestro tendrá que estar entre tres y cuatro semanas de baja, por lo que es posible que no vuelva a los terrenos de juego antes de un mes. De esa forma, se perdería los próximos encuentros ante Mallorca, Almería, Murcia y Valladolid, aunque para el partido ante los pucelanos, previsto para el 4 de mayo, podría reaparecer dependiendo de su evolución.

Manolo Jiménez tendrá que ubicar en esa posición de nuevo a Crespo, única posibilidad dada la baja segura de Dragutinovic. La opción de Escudé se antoja más complicada, pues el francés se encuentra en la última fase de recuperación de su elongación de gemelo y tampoco es un jugador específico para ese puesto como para forzarlo.

La última comparecencia de Crespo en el equipo sevillista fue en la otra banda, la derecha, en el Santiago Bernabéu, donde fue el primer sacrificado por el técnico ante la sangría que estaba sufriendo el Sevilla. Anteriormente, el futbolista de Lora del Río ya había actuado en esa posición y también había padecido la maldición del lateral izquierdo, pues cayó lesionado actuando ahí por el codazo del madridista Diarra, por una dura entrada que sufrió en el Nuevo Zorrilla ante el Valladolid y por un tirón en Bilbao.

La mejoría de Escudé es la única noticia buena sobre la defensa que ha recibido Jiménez en los últimos tiempos. El francés sufrió una sobrecarga muscular en el gemelo derecho ante el Atlético de Madrid y, tras pasar una revisión con Jean Pierre Placquet, médico de la selección francesa, fue dado de baja por una elongación. El central zurdo realiza tareas de recuperación y evoluciona favorablemente, por lo que podría ser novedad en la convocatoria del próximo partido ante el Mallorca.

El del lateral izquierdo no es el único problema que se encuentra el entrenador en su línea defensiva. Jiménez tiene una diatriba sobre la necesidad de poder contar con los canteranos en las últimas cuatro jornadas. Según la normativa federativa sobre el concurso de jugadores del filial, éstos no podrán actuar en los últimos cuatro partidos si no lo han hecho anteriormente en diez alternos o en los últimos cinco precedentes de manera consecutiva. Lolo no cumple ninguna de las dos condiciones, mientras que David Prieto, que ya ha actuado ante Madrid y Villarreal, tendría que jugar al menos un minuto durante los tres próximos partidos para poder jugar los cuatro últimos. Y tal y como está el panorama de lesiones, Jiménez podría verse obligado a alinearlo para poder contar con él.

Además, la baja de Adriano no puede ser más inoportuna, por cuanto, con Fazio como medio centro, el Sevilla logró recuperar su seguridad atrás y dejar la puerta a cero después de seis partidos -el último precedente fue el Sevilla-Zaragoza (5-0), el pasado 23 de febrero-. No sólo eso, pues con el argentino de medio de cierre, Jiménez prefiere contar con dos laterales con salida como Daniel y Adriano. Un aspecto táctico que también se ve afectado por la epidemia de lesiones en defensa.