Aunque numéricamente, todas las derrotas sumen –o resten– igual, no todas dejan el mismo regusto. Y después de hincar la rodilla frente al Manresa, en la que supuso la duodécima derrota de la presente campaña, los ánimos estaban muy bajos tanto en el equipo como en la grada. Esta comunión parece habituada a perder. Y llegar a esta inmunidad puede ser lo más peligroso posible para un club recién ascendido, que aspira a asentarse entre los mejores.

Mientras llegan los deseados refuerzos que ayuden a mejorar el nivel competitivo de un equipo que se hunde en el fondo de la clasificación, a Curro Segura le tocará lidiar con lo que tiene. No hay más. El que parece haber dado, por fin, el paso adelante prometido es Niang. El buen partido del pívot senegalés, que alcanzó los 16 puntos y ocho rebotes ante el Manresa para 23 tantos de valoración, es quizás la mejor noticia para un Coosur Betis en el que la falta de una referencia interior había sido uno de los lunares más preocupantes de la planificación de la plantilla, a la que le faltan centímetros desde el verano.

Ante el Bilbao Básket, hace dos semanas, el ex jugador de Iberostar Tenerife fue capaz de capturar 12 rebotes, dejando muestras de que con minutos, puede ser importante en los esquemas del preparador granadino, que cuenta con Slaughter como principal referencia en el aspecto ofensivo, sobre todo tras la salida hace más de un mes de KC Rivers con destino el Zalgiris lituano, que juega en la Euroliga.

El gran reto de Niang ahora, que cumplirá 26 años el día 1 de enero, será el de mantener este nivel para ayudar al equipo a lograr estas victorias tan necesarias para salir del pozo de la clasificación. El domingo, ante el Gran Canaria, espera otra importante prueba de fuego y los centímetros de los rivales en la pintura serán un buen reto para que el senegalés ponga a prueba esa continuidad requerida. El equipo lo agradecerá.