La consagración de Marco

Atletismo l Campeonato de Europa en pista cubierta

El sevillano se colgó la medalla de plata en la final de los 800 metros, en la que Olmedo acabó quinto tras tropezarse con su compañero · La delegación española sumó 5 medallas, lejos de las 8 pronosticadas

Luis Alberto Marco, enfundado con la bandera española, celebra la medalla de plata conseguida en el Europeo de Turín.
Luis Alberto Marco, enfundado con la bandera española, celebra la medalla de plata conseguida en el Europeo de Turín.
P. Salvago · Agencias

09 de marzo 2009 - 05:02

Fue de plata, pero supo a oro. La medalla conquistada por Luis Alberto Marco en los 800 metros del campeonato de Europa en pista cubierta celebrado en Turín no hizo más que confirmar lo que las marcas previas venían anunciando: que el atleta hispalense se ha hecho con un sitio y un nombre en el panorama internacional y que encabeza el relevo generacional de mediofondistas españoles. Y es que el sevillano es un líder capaz de llevar el peso de una prueba o reaccionar al final. Da igual la situación, porque le sobra calidad y tiene un remate final portentoso que vale medallas.

El Europeo era una prueba para consagrarse y Marco no falló. No falló porque en la final todos aspiraban a la segunda posición, ya que el primer lugar en la prueba estaba reservado al ruso Borzakovski siempre que la carrera se desarrollase por los cauces normales como sucedió a la postre. Tampoco decepcionó Manuel Olmedo, cuyo quinto puesto es un éxito teniendo en cuenta lo poco que ha competido este año bajo techo por culpa de una lesión que hizo que su temporada comenzase hace menos de dos meses.

El ruso exhibió su dominio con autoridad y ganó con cierta facilidad, pero fue Marco quien asumió el mando de la prueba desde el inicio. Tenía claro, como hizo en Sevilla, que debía salir rápido para ganar con facilidad la calle libre y en una posición cómoda para no verse implicado en ningún enganchón. Se puso al frente en la salida, con Borzakovski a su derecha. El campeón olímpico en Atenas lo superó al paso por el 400 (56.79) y el andaluz se vio encerrado en un segundo. Pero la rueda buena era la de Borzakovski y Marco no la perdió de vista en ningún momento.

En ese momento, sin embargo, se tropezó con su amigo Olmedo, saliendo este último trastabillado, mientras que el de Montequinto seguía la estela del sueco Mattias Claesson. Así, llegó a la recta final en tercera posición y lanzó su potente ataque para cruzar la meta segundo (1:49.14) tras dar caza al escandinavo, que tuvo que conformarse con el bronce. No pudo con Borzakovski, pero él no cuenta.

Mientras, Olmedo, retrasado toda la carrera, pagó caro el encontronazo. A falta de una vuelta quiso cambiar para colocarse en un buen lugar, pero el tropezón le cortó el ritmo, Claesson lo superó y el hispalense se gripó. A partir de ahí ya sólo pudo aguantar para por lo menos ser quinto.

Ruth Beitia, en altura, y Diego Ruiz, en el 1.500, completaron el resto de medallas, también de plata, de la delegación española en la última jornada del Europeo. Las previsiones de la Federación Española (ocho medallas y 15 finalistas) se quedó larga. Al final fueron cinco (ninguna de oro) y once clasificados entre los ocho primeros.

La saltadora estaba más feliz que los otros medallistas españoles. Era su tercera presea consecutiva en Europeos en sala y la cuarta en alta competición, pues también tiene un bronce en el Mundial bajo techo de Moscú, pero, sobre todo, ha olvidado con este éxito la frustración de su séptimo puesto en la final olímpica de Pekín. La cántabra se jugó el título con la nueva reina de la prueba, la alemana Ariane Friedrich, que había saltado este año 2,05 y fue la única que superó el muro de los dos metros (2,01). Beitia, con peores sensaciones que en la calificación del sábado, se quedó en 1,99, su mejor salto del año, y afronta con renovados bríos el próximo Mundiales al aire libre.

La mayor decepción estuvo en la final de los 1.500 metros, que no cubrió las expectativas españolas, que en Birmingham 2007 logró un triplete. Es cierto que no estaban en el equipo el campeón y el subcampeón de la edición anterior (Juan Carlos Higuero y Sergio Gallardo), pero la plata de Diego Ruiz es un consuelo insuficiente para la acreditada escuela española de mediofondo. Un portugués con muchas tablas y un final letal, Rui Silva, que ha sido campeón mundial de la prueba indoor y bronce olímpico, birló el oro al trío español colándose por dentro en la última vuelta frente a un experto en impedirlo, Arturo Casado, que con su corpulencia tuvo que atender a demasiados frentes. El burgalés Diego Ruiz, líder europeo del año con 3:36.42, gastó muchas energías bailando de atrás hacia adelante, aunque tuvo fuerzas para aguantar en la recta el segundo puesto. Casado, bronce en 2007, cayó al quinto lugar y Álvaro Rodríguez al séptimo.

Al capítulo de decepciones se alistó Nuria Fernández, líder mundial del año en los 1.500 metros, que fracasó en su intento de conseguir un metal en los 3.000 al clasificarse cuarta en una carrera que dominó a su antojo la turca Almitu Bekele. No decepcionó, en cambio, el capitán de la selección, Manuel Martínez, con su sexto lugar en peso, pues nadie esperaba un podio en su actual estado de forma.

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