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"He ganado 1.100 carreras, pero ésta es la Champions League"

  • El sevillano, procedente de una familia vinculada al caballo, es el primer español que alza el prestigioso Arco de Triunfo · "No hay que dormirse en los laureles", afirma

En el hipódromo de Longchamp, en el parisiense Bosque de Bolonia, cerca de Roland Garros, un español, sevillano para más señas, hizo historia en el deporte patrio al adjudicarse el prestigiosísimo Arco de Triunfo. El nombre de Solemia, yegua que prepara Carlos Laffón Parias, quedó grabado en el palmarés de esta cita el 7 de octubre, fecha que jamás olvidará este hispalense afincado en Francia desde hace un cuarto de siglo y que antes de esta hazaña logró el doblete en el Premio Marcel Boussac con las potras Silasol y Topaz Blanche.

-¿Quién es Carlos Laffón Parias?

-Mi familia materna siempre ha sido aficionada al mundo del caballo. Fernando Parias fue un gran jinete de doma y luego montó en carreras. Mi tío Alejandro Parias fue jinete amateur. Mi hermano Manuel también montó. Desde pequeño me gustaba. Fui cinco años campeón de España gentleman y también campeón de Europa. Cuando cerró el hipódromo de Madrid, por el año 88, creo recordar, me vengo a París para buscar otros horizontes. Por casualidades de la vida, casi 25 años después sigo aquí. Por suerte estuve en el sitio en el buen momento.

-Y no le ha ido mal.

-Me ha ido muy bien. Y no sólo por el Arco de Triunfo. He ganado 1.100 carreras. Las carreras de caballos en Francia son una industria, se mueve mucho dinero. Se apuesta tanto en el ámbito nacional como internacional; por eso es tan mediático y repercute en los premios. El dinero sale del juego y hay espónsors muy importantes.

-¿Qué valor le da a este éxito?

-He ganado muchas carreras importantes, pero ésta marca la diferencia. Es la Champions League. Y da más satisfacción siendo con una yegua que no era favorita. Hacía 30 años que los propietarios -dueños de Chanel- no la ganaban y los actuales dueños -los hermanos Gerard y Alain Wertheimer- nunca habían logrado el triunfo. Siguen muy de cerca las carreras. Estaban allí casi en estado de shock. Viendo la carrera no piensas que vas a ganar. Los últimos 100 metros parece que remonta pero no sabes si va a llegar. Y llegó. Es muy emocionante.

-¿Quiénes son sus clientes más reputados?

-Los tres más relevantes son la familia Hinojosa, antiguos dueños de Cortefiel; el empresario griego afincado en Francia Leonidas Marinopoulos y los Wertheimer.

-¿Presionan mucho?

-No, ellos entienden. Pero es cierto que para el público tienes un año malo y parece que se te ha olvidado entrenar. Yo lo hago igual ahora que el año pasado. Hay que saber llevar bien a los caballos el día X, que estén al cien por cien. Así no pueden estar todo el año. Hay que saber qué día deben estar a tope.

-¿En qué consiste ser preparador de caballos de carreras?

-Tengo 40 personas trabajando conmigo y un total de 100 caballos. Es un trabajo muy esclavo, de lunes a domingo con animales vivos que no hablan. Hay carreras todos los días desde principios de marzo a mediados de diciembre.

-¿Su puesto en el ranking?

-Ahora soy segundo.

-¿Es el primer preparador español que gana el Arco de Triunfo?

-Sí, sí, sí. De hecho, creo que soy el único que lo ha corrido.

-¿Se ha nacionalizado francés?

-Soy español hasta la médula. En mi casa está prohibido hablar francés, aunque por supuesto mis hijos son bilingües. Estoy aquí por trabajo y cuando lo deje, vuelvo a Sevilla. Estoy en el mejor sitio del mundo para hacer lo que hago, pero el día que decida dejarlo, regreso.

-Lo preguntaba por los apellidos, que allí los unen y los suyos los juntan también: Laffón-Parias.

-En Francia, las mujeres pierden el apellido, sí. Me quise poner los dos y por eso va con guión.

-Olivier Peslier, el jockey de Solemia, ha ganado cuatro veces el Arco de Triunfo...

-El caballo tiene que estar al cien por cien y el jinete da la diferencia. Es la cuarta vez que lo gana. Creo que sólo hay cuatro más que han llegado a las mismas victorias. Olivier es el único que puede batir el récord, los demás están jubilados.

-Orfevre quedó segundo cuando estaba a punto de ganar -iba a ser el primer triunfo de un caballo japonés en el Arco de Triunfo- y en el país asiático supuso un drama.

-Una tragedia. A modo de anécdota, hay un vídeo en internet en el que aparecen unos aficionados japoneses viendo la carrera en el hipódromo. A 200 metros de meta levantan una botella de champán y de pronto ven que Solemia vuelve y gana. Para ellos es un momento dramático, todos llorando.

-¿Tanto tirón tienen las carreras en Asia?

-En Hong Kong, donde voy mucho, se juega de media un día de carreras 100 millones de euros. Así que imagine la repercusión. Ahora intentaremos ganar la Japan Cup a mediados de noviembre.

-¿Le cambian los planes para el futuro tras este hito?

-No. La vida sigue y no hay que dormirse en los laureles. Aquí hay examen diario y el cuentakilómetros se pone a cero el 1 de enero. Es como la Liga.

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