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Sin perdón para los inocentes

  • Los de Mel pierden ante un Real Madrid con la mente en Dortmund al conceder facilidades en ambas áreas Las dos versiones tácticas del Betis generaron ocasiones

El Santiago Bernabéu no perdona a los inocentes. Ni un Real Madrid menor, con la mente en su compromiso del miércoles en Dortmund, lo que propició que José Mourinho le diera la alternativas a jóvenes como Nacho o Casemiro, fue aprovechado por los de Pepe Mel, que sí generaron ocasiones suficientes para llevarse un mejor botín, pero carecieron de esa necesaria eficacia en ambas áreas para obtener un resultado positivo en ese escenario.

Apostó el técnico de inicio por un 1-4-2-3-1, con Igiebor como enganche por el centro, lo que dejó a Rubén Castro caído al ala izquierda. Esa versión del Betis, con un fútbol de más toque que en otras ocasiones, aguantó los arreones del Madrid y se desplegó en ataque con cierta parsimonia, pero con combinaciones suficientes como para inquietar a Diego López.

Tras encajar el 1-0 justo antes del descanso, Mel viró hacia su plan B, con la entrada de Jorge Molina por Igiebor. Con el alcoyano dando un paso atrás, el Betis lanzó su contragolpe, lo que le permitió meterse en el partido con el penalti sobre Rubén Castro e incluso pudo alcanzar el empate en otra acción del canario con un remate al larguero y un posterior rechazo que Pabón no supo aprovechar a apenas metro y medio de la portería.

Defensa

Se plantaron más juntas las líneas que en el último partido ante el Sevilla, lo que provocó que Adrián sólo sufriera en los balones aéreos o con disparos lejanos. La defensa tiró la línea adelantada y hasta en seis ocasiones cayeron los atacantes madridistas en fuera de juego en el primer tiempo, hasta que justo antes del minuto 45 Özil lo rompiera tras una pared con Benzema y con Paulao tan despistado como en gran parte de la temporada.

Con el marcador en contra, los de Mel dieron un paso adelante tanto en las intenciones como en los jugadores, lo que permitió que el Real Madrid disfrutase de contragolpes para sentenciar el partido. El primero llegó tras un inocente pase atrás de Jorge Molina; el segundo, casi sobre la bocina y después de que Rubén Castro y Pabón tuvieran el empate.

Ataque

Con un fútbol más combinado, al contar Beñat con Igiebor a su lado, el Betis no tiró de la velocidad para inquietar al Madrid, pero dispuso de ocasiones para adelantarse en el marcador. Con los cambios -Jorge Molina y Vadillo sobre el césped- sí apareció esa versión bética del contragolpe que también generó suficiente fútbol como para conseguir un resultado más positivo en el Santiago Bernabéu.

A los de Mel, que tantas otras veces contaron con la eficacia, les faltó la pegada, tanto en Rubén Castro como en Pabón, dos que sí suelen tener el gatillo preparado.

Virtudes

Los de Mel hicieron una buena lectura del partido y siempre creyeron en sus posibilidades pese a los goles encajados. Generaron fútbol tanto con tres medios como con cuatro delanteros.

Talón de aquiles

La falta de contundencia en ambas áreas, algo indispensable ante este Real Madrid, especialista en aprovechar los errores.

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