La relación de Ancelotti con la Champions
Análisis
El italiano logra alcanzar su octava semifinal en su carrera como técnico
Carlo Ancelotti firmó con una buena dosis de sufrimiento un gran registro: su octavo pase a semifinales de la Liga de Campeones. Es, junto a Bob Paisley y Zinedine Zidane, el entrenador que más veces ganó la Copa de Europa. En tres ocasiones lo hizo el entrenador del Real Madrid, dos con el Milan y pasó a la historia como el hombre de la décima del Real Madrid. Ninguno lo logró aguantando tantos años en la presión de la élite como el italiano. Mientras que Paisley firmó sus éxitos con tres Copas de Europa en cuatro años con un histórico Liverpool (ganador de las ediciones de 1977, 1978 y 1981), Zinedine Zidane se convirtió en el primero en ganar tres Champions consecutivas al mando del Real Madrid (entre 2016 y 2018).
Carletto alcanzó la gloria con el Milan en 2003 y 2007. Repitió con el Real Madrid en 2014. Igual que ocurre con el club blanco, es su competición fetiche. Ya en su primera participación, como entrenador de la Juventus, alcanzó semifinales. El primer año que dirigió al Milan, la ganó. Repitió con el Real Madrid. Y ahora, tras su regreso, sueña con la proeza ocho años después. De momento, mientras comparte honor como técnico que más veces conquistó el título, también se convierte en el que más semifinales disputa: hasta 8 en 18 ediciones. La primera con la Juventus, cuatro con el Milan y tres con el Real Madrid. Precisamente desde su último curso en la casa blanca, en 2015, no había logrado regresar a la fase previa a la final en tres intentos, uno con el Bayern y dos con el Nápoles.
De las 17 ediciones de la Liga de Campeones que completó Ancelotti como entrenador, solamente en tres cayó en la fase de grupos. En su segundo año con la Juventus en sus inicios y los dos cursos recientes que estuvo al mando del Nápoles antes de firmar con el Everton. El total de partidos dirigidos en la competición de mayor prestigio son 176, con un balance de 98 victorias, 41 empates y 37 derrotas.
El Real Madrid digiere un nuevo capítulo de épica en el Santiago Bernabéu. Después de eliminar al PSG en octavos de final tras verse ante las cuerdas, con dos tantos en contra de Mbappé que levantó con un arranque de furia. Frente al Chelsea, las grandes sensaciones de Stamford Bridge se desplomaron en una vuelta de cuartos que invita a la reflexión. La dulce derrota, gracias a una nueva reacción cuando vio todo perdido, se suma a lo vivido recientemente en el clásico. Partidos de grandeza en los que el Real Madrid fue superado por el rival y, en gran parte del encuentro, no tuvo capacidad de reacción. La magia de Modric, la aparición estelar de Rodrygo y, ya en la prórroga, la conexión letal Vinícius-Benzema, evitó la que habría sido una debacle tras conseguir una renta de dos goles en Londres.
El éxito de Ancelotti llegó con su valentía en los cambios. No le tembló el pulso para quitar a jugadores de peso en la plantilla. Su centro del campo estaba superado, necesitaba la vitalidad de un futbolista como Camavinga y pese al enfado de Kroos, lo sustituyó, y repitió con Casemiro. Incluso cuando todo se ponía en contra del Real Madrid, sin Militao, sancionado, con Nacho sin poder seguir por lesión y ningún central del primer equipo en el banquillo, con Vallejo en su casa contagiado de coronavirus, Carletto tuvo que inventar. La opción de retrasar la posición de Casemiro no se podía llevar a cabo, retrasando a Camavinga perdía el objetivo por el que había entrado al campo y apostó por Carvajal en el centro de la zaga. Nunca en su carrera había jugado en esa demarcación un lateral derecho puro como Carvajal. Tiró de oficio, sufriendo el Madrid en cada balón aéreo por la diferencia de altura con los jugadores del Chelsea pero hasta con los suplentes en los laterales, Lucas Vázquez y Marcelo, se defendió con oficio la prórroga y convirtió en oro el gol con el que Benzema pasa también a dominar la clasificación de goleadores de Champions. Doce goles del francés, clave en la eliminatoria. 38 tantos en 38 partidos en una temporada inolvidable.
Lo importante fue la clasificación, la segunda presencia consecutiva del Real Madrid en semifinales de la Liga de Campeones, pero el partido dejó numerosos aspectos que estudiar y corregir para Ancelotti. Con la Liga en el bolsillo, podrá rotar a jugadores clave en su columna vertebral en pos de la decimocuarta Copa de Europa.
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