"Esto nos unirá más"

La mañana amaneció nevada en Las Rozas, pequeña localidad al noroeste de Madrid donde la Federación Española ha instalado su sede a todos los efectos, en esa Ciudad del Fútbol cuya residencia fue utilizada la noche del jueves por el Betis tras un viaje maratoniano desde Ponferrada.

Las condiciones climatológicas no han sido las mejores en este largo periplo verdiblanco. El agua, pequeños copos de nieve y, lo que es peor, la niebla acompañaron el viaje de regreso desde Ponferrada a Madrid por carretera. La mañana de ayer también amaneció nevada en Las Rozas, lo que motivó a Pepe Mel a suspender el entrenamiento.

No es que cuajara la escasa nieve caída, pero el campo donde estaba previsto que entrenase el equipo ayer amaneció parcialmente encharcado y con algún copo de nieve como adorno. En estas condiciones, Víctor Antequera se movió con diligencia y adelantó el viaje en AVE dos horas para que la expedición llegase a Sevilla al filo de las dos y media de la tarde.

Lo cierto es que a las diez y media de la mañana, la hora prevista por el Betis para su entrenamiento, los campos de juego de la Ciudad del Fútbol estaban mejor, pero Mel no quiso arriesgarse. "Estamos cortos de efectivos y no era plan de que el más mínimo contratiempo nos hubiese podido dejar con algún hombre menos. Si hubiese sido lunes o martes no lo suspendo, pero estamos a viernes y era un riesgo entrenar en estas condiciones", relata el técnico, en absoluto contrariado: "Más que nada era un entrenamiento de recuperación y tampoco es que nos trastoque en demasía los planes. Mañana nos ejercitaremos en el estadio y prepararemos bien el partido ante Las Palmas. Cañas y Juanma hicieron un entrenamiento en el estadio ayer antes del partido y el único que no ha hecho nada es Jonathan Pereira, que se quedó en el banquillo sin salir, tampoco me preocupa más de lo justo".

Es un Mel, maleta en mano antes de subirse al autocar camino de Atocha, muy relajado. En pocas horas ha digerido perfectamente lo acaecido en Ponferrada, ese arbitraje que impidió a su equipo tener hoy dos puntos más en el casillero. "Nos están machacando más que a nadie en la categoría, llevamos ya cinco goles anulados en febrero (incluye el del jueves aunque ya era marzo) y decisiones que nos están matando. El gol de ayer fue clarísimo, pero es que además está el penalti y hasta una jugada que es un saque de banda que tenemos ensayado y le pitan un fuera de juego a Ezequiel cuando se quedaba solo con el portero. Pero bueno, ya está digerido y sólo pensamos en Las Palmas, aunque no es justo lo que se le hace al Betis y no podemos callarnos", argumenta.

La valoración de la derrota del Celta frente al Huesca tampoco es al uso. Mel le da su justo valor. "Es que sigo pensando los mismo que cuando llegué. Quedan 15 partidos por disputarse y el Betis va a ser campeón, eso no me lo quita nadie de la cabeza. Creo que hemos recuperado nuestro fútbol y el ritmo con el que hay que hacer las cosas. Ayer tuvimos unos 60 ó 70 minutos a muy buen ritmo, y eso me obliga a ser optimista", revela.

Es cierto que el juego del equipo, pese al empate final, mejoró respecto al del partido frente al Albacete y por ahí halla el técnico la fuerza de este discurso. "Es importante jugar bien y transmitir cosas a la gente. Y tengo claro que vamos a conseguirlo otra vez", matiza.

Y es esta mejoría atisbada por Mel la que le hace sentirse tan convencido de que el equipo va a ir hacia arriba y que no se va a hundir ni frustrar por el empate de ayer pese a haber hecho méritos de sobra para lograr la victoria en Ponferrada. "Al revés. Todo lo que ha pasado va a servir para unirnos más. En el próximo partido vamos a hacer causa común con nuestra afición y vamos a ganar y recuperar nuestra dinámica de juego y resultados", apostilla.