Un varapalo con arcanos

La Junta Extraordinaria de la próxima semana adquiere una nueva dimensión con la derrota en el derbi europeo. Calderón, el otro gran damnificado.

El presidente, Miguel Guillén, junto al consejero Fernando Casas.
El presidente, Miguel Guillén, junto al consejero Fernando Casas.
Samuel Silva / Sevilla

22 de marzo 2014 - 05:02

No sólo la consecuencia deportiva de la eliminación de la Liga Europa trajo consigo la derrota ante el Sevilla, un varapalo que deja varios damnificados en Heliópolis donde se vivió una de las noches más amargas. Ni el presidente ni algún consejero comparecieron en las horas posteriores a un encuentro que también alterará el ritmo de la Junta Extraordinaria de accionistas prevista para la próxima semana. La ligera mejoría del equipo en las últimas semanas y el enfrentamiento europeo con el Sevilla habían dejado entre bambalinas los movimientos institucionales que se vienen produciendo, pero que ahora volverán al primer plano.

El primer nombre que saldrá a escena es el de Miguel Guillén. El presidente ha repetido en más de una ocasión su fin de ciclo, pero con el paso de los días su continuidad hasta al menos el final de la temporada parecía ganar enteros. La fracasada gestión deportiva de la temporada -apéndice de otros errores que se han cometido en la estructuración de la entidad- encontró en el derbi europeo otro punto añadido, al quedar en evidencia la falta de elementos de calidad en la plantilla verdiblanca.

Pese al acierto en los refuerzos invernales, la legitimidad en la toma de decisiones viene quedando en entredicho, de ahí que desde diversos ámbitos no se entienda la celeridad con la que se quiere nombrar un director general o incluso un director deportivo, aspectos que deberían debatirse en la próxima Junta de accionistas y que tendría que contar con la aprobación del consejo entrante de la misma.

Y es que no sólo el posible cambio en la presidencia será una cuestión a debate el próximo viernes en el Hotel Al-Andalus -donde Francisco Estepa deberá mostrar su hoja de ruta para el presente de la entidad-, sino que también aparecerán relevos entre consejeros. Antonio José Sánchez Pino y Fernando Criado han aparecido como los primeros para abandonar la nave verdiblanca, al entender que la función para la que entraron en la entidad ha llegado a su final, aunque, de momento, nadie haya manifestado de forma pública este deseo de dejar el club.

En las reuniones que Estepa ha mantenido con las plataformas y también las existentes entre ellas ya se plantearon algunas de estas cuestiones que marcarán la Junta de la próxima semana, que adquirió una nueva dimensión con la eliminación europea.

Pero no sólo el tema institucional regresa a escena, sino que el aspecto deportivo la figura de Gabriel Humberto Calderón quedó tocada con la derrota ante el Sevilla. El planteamiento inicial del entrenador argentino se reveló como fallido desde el primer momento e incluso se agravó tras la lesión de Perquis y la decisión de retrasar a N'Diaye al centro de la defensa. La posterior rectificación con el regreso del francés al centro del campo ya llegó con 0-1 en el marcador, precisamente con un error de N'Diaye en un despeje tras centro de Alberto Moreno.

Calderón achacó el mal primer tiempo de su equipo al exceso de tensión de sus jugadores, sin rastro de una autocrítica que admitiera el mal manejo de la ventaja adquirida en Nervión. Sin apretar en zonas adelantadas y a la espera de que lo que el rival realizase con el balón, el Betis desperdició la ocasión de aprovechar el ambiente generado en el estadio, que sólo despertó en el arranque del segundo tiempo cuando el equipo verdiblanco sí reaccionó y vivió los mejores minutos del encuentro.

A la espera de lo que suceda en los diez últimos encuentros del campeonato, el futuro de Calderón como entrenador del primer equipo bético quedó en entredicho, por más que la ligera mejoría experimentada en los últimos tiempos le abriese la posibilidad de continuar en la entidad. Sólo el milagro de la permanencia, con la necesidad de lograr al menos seis victorias en las diez jornadas restantes para finalizar el campeonato, otorgarían el crédito necesario a Calderón para seguir en Heliópolis. Y es que la derrota ante el Sevilla en la Liga Europa fue un varapalo con arcanos tanto en lo deportivo como en lo institucional.

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