Ni la lluvia, ni el fango, ni el frío matinal pudieron con la principal romería de Sevilla. La cita anual con la Virgen de Valme, protectora de Dos Hermanas, resultó masiva y todo un éxito de organización y ambiente festivo, pese a la amenaza de lluvia.
La primera mitad de la Romería estuvo marcada por la incertidumbre del clima, con cielos nublados, un ambiente bastante fresco y el permanente riesgo de lluvia. Así transcurrió la romería hasta las 13:30 horas, cuando llegó la Virgen a su ermita del Cortijo de Cuarto y, justo en ese instante, apareció el sol. Pese al ambiente un poco desapacible, fueron numerosas las personas que acompañaron a la Virgen en todo momento. El buen ambiente se intensificó entre los grupos concentrados en el Cortijo de Cuarto a partir del mediodía.
Los cálculos oficiales apuntaron a una asistencia de entre 150.000 y 160.000 peregrinos. Es cierto que a lo largo de la conocida como carretera vieja, que comunica Dos Hermanas con Bellavista y por la que discurre la Romería, se percibió menos público en las dos orillas que otros años, que es donde suelen apostarse las familias y los grupos de amigos que pasan ahí el día y ven pasar la comitiva.
El terreno estaba impracticable, prácticamente todo era fango, a consecuencia de la lluvia. Sí iban, como siempre, muchos peregrinos a pie acompañando a la Virgen, aparte de los que participan en carretas, galeras y carros. En la estancia en Cuarto, dada la mejoría del día, se registró una una notable afluencia de público
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