Moncloa no es sinónimo de pacto

Ni siquiera la magnitud de la recesión convence a políticos, patronal y sindicatos a la hora de rescatar el espíritu de los acuerdos suscritos en el 77 · Sólo el PP insiste en forjar una "reedición a la andaluza"

José Luis Rodríguez Zapatero recibe a Mariano Rajoy en la escalinata de La Moncloa.
José Luis Rodríguez Zapatero recibe a Mariano Rajoy en la escalinata de La Moncloa.
Fede Durán / Sevilla

28 de marzo 2009 - 05:02

Los Pactos de la Moncloa. Buena frase. Sonora y sobre todo histórica. El 25 de octubre de 1977, azuzados por la necesidad de consolidar la democracia y revertir la salud económica del país, partidos de todo corte se dieron la mano. Las circunstancias, claro, eran bien distintas. Aunque ahora tiemblen los cimientos del sistema. Aunque el ladrillo se haya diluido. Aunque España roce los cuatro millones de parados.

Todos respetan el pasado pero nadie lo echa de menos. ¿Nadie? El secretario general del PP-A, Antonio Sanz, difiere de la Junta, la patronal y los sindicatos y recuerda que su partido ha propuesto "un Pacto de Antequera" que sería como una reedición "a la andaluza" del episodio monclovita. "No hay receptividad", admite. Quizás los sindicatos nunca la tuvieran. El líder regional de CCOO, Francisco Carbonero, recuerda que el sindicalismo "nunca se adhirió al acuerdo" del 77. Ellos siguieron otro camino, paralelo pero algo distante, dos años más tarde: el Acuerdo Básico Interconfederal (1979) fue el germen del Estatuto de los Trabajadores. "Que los partidos actúen en su ámbito y nosotros en el nuestro", zanja.

Hace 31 años, la inflación se disparaba al 47% y el paro asustaba tanto que la tasa de hoy apenas sería una caricatura. "Las relaciones con la patronal eran de permanente confrontación", dice Carbonero. Superado el pánico empresarial a la libertad -que implicaba cambiar a Franco por los reivindicativos sindicatos-, "ya existen mecanismos suficientes para renunciar a esa escenificación de La Moncloa". Coincide Francisco Fernández, secretario de Organización de UGT-A. "El pacto tendría más de efectismo que de fondo; nuestro campo de acción se basa en la concertación social, en la negociación colectiva. No hay similitudes con aquella época", explica. Ni tampoco excesivo feeling. "Aquello significó un importante ajuste económico que pagaron los trabajadores: hubo demasiada contención salarial; en 1985 se ajustaron las pensiones; después llegaron las privatizaciones masivas... fueron los primeros pasos del neoliberalismo", opina el diputado autonómico Pedro Vaquero (IU).

"Los que pintamos canas tenemos en nuestra memoria el contexto de esos años, con unas instituciones democráticas en periodo de lactancia. Había dos acuerdos, uno político y otro económico, y curiosamente Alianza Popular no suscribió el primero", relata el consejero de Empleo, Antonio Fernández. "Pues bien: a cualquiera que esté ligeramente bien informado puede hasta irritarle que se ondee con tanta insistencia la bandera de los Pactos de La Moncloa en versión 2009".

Ni la CEA ni su matriz la CEOE se pronuncian al respecto, paralizadas por el inminente proceso electoral que culminará con la reelección de Gerardo Díaz Ferrán. Es Cepyme, la hermana pequeña, la que aclara su postura a través de un portavoz. "Son los partidos quienes tienen que asumir el liderazgo ante la crisis y adoptar las medidas oportunas. El consenso social es deseable, pero sólo legislan los parlamentos y gobiernos".

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