La región crearía un millón de empleos si las firmas incrementaran su tamaño

El informe económico de la Junta de 2013 refleja que con una estructura similar a la europea el paro se reduciría drásticamente.

T. M. / Sevilla

15 de noviembre 2014 - 05:02

En su informe económico de 2013, la Consejería de Economía dedica un apartado a la estructura empresarial andaluza. En él constata la sobreabundancia de miniempresas en la región en comparación con la media europea. Y concluye, atendiendo a los datos de empleo, que si tuviera una estructura empresarial similar a la europea el número de trabajadores se incrementaría en un millón, hasta superar los tres millones de ocupados.

Evidentemente, éste es un ejercicio más relacionado con el deseo que con la realidad. Ni siquiera para toda España el Consejo de la Competitividad se plantea un objetivo tan ambicioso. Pero refleja que los poderes públicos ya relacionan directamente la competitividad y la creación de empleo con el crecimiento empresarial.

Algunos de los múltiples incentivos de la Junta de Andalucía van en esa dirección, aunque con desiguales resultados. Así, para el fondo reembolsable de apoyo al desarrollo empresarial, pensado para empresas "viables" y con "fuerte vocación de crecimiento", 14 proyectos han conseguido financiación en los dos últimos años, con 32 millones en préstamos y una inversión movilizada de 153. Los incentivos para la cooperación empresarial -no fusiones, sino alianzas como puedan ser clusters- aún han tenido menos éxito, con sólo cinco proyectos aprobados desde 2012. Y sin embargo, hasta 1.376 empresas sí han accedido sólo en 2014 al programa para la modernización y 130 al de I+D+i. Ello refleja que ahora hay más interés por dotar a la empresa de una estructura sólida y adaptada a los tiempos que por el crecimiento o las alianzas para ir ganando tamaño.

Miguel Soto, del Instituto San Telmo, apunta que uno de los obstáculos para las empresas en crecimiento a la hora de optar a fondos de la UE como los Jeremie es que en muchas ocasiones los poderes públicos exigen que no se destruya empleo a corto plazo. Para Soto, eso es contraproducente porque el crecimiento, si es con alianzas, fusiones o compras, lleva en un principio "al solapamiento" y por tanto a reducciones de plantilla. A corto plazo es algo negativo, pero no a medio y largo plazo. Así lo explica Rogelio Velasco: "Las grandes empresas suelen ser más productivas, y cuanto más lo son menos empleo generan por unidad de producto. Hay menos empleo a corto plazo, pero la firma tiene más beneficios y eso termina redudando en otros sectores. El tamaño tiene un efecto positivo en el conjunto de la economía, porque la hace más competitiva".

Miguel Soto cree que para dar pasos en esta dirección hace falta un cambio de mentalidad en Andalucía. En cierto modo, ya se dio antes de la crisis, pero protagonizada por una contada generación de empresarios. Ahora, Soto apunta el surgimiento de pymes que facturan unos pocos millones de euros y que son fundamentalmente exportadoras. Ahí está la esperanza, la semilla de la futura gran empresa andaluza.

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