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Desayuno de Redacción

Las empresas reivindican su papel en un nuevo contrato social global

  • Representantes y expertos del sector destacaron el rol de las compañías en el ámbito cooperacional sin olvidar su valor en la sostenibilidad y competitividad

De izquierda a derecha, Alberto Grimaldi, Sonia Díaz, Emilio García de la Torre, María de la Luz Ortega, Carlos Bustamante, Antonio Bonet, representante de la AACID, Santiago González y José Antonio Muñoz.

De izquierda a derecha, Alberto Grimaldi, Sonia Díaz, Emilio García de la Torre, María de la Luz Ortega, Carlos Bustamante, Antonio Bonet, representante de la AACID, Santiago González y José Antonio Muñoz. / José Ángel García

Existe un cambio en el paradigma de la Cooperación para el Desarrollo –como principal plasmación en política pública del compromiso de la ciudadanía con los países y comunidades que más sufren la desigualdad y la pobreza en sus múltiples dimensiones– no solo en nuestro país sino a nivel global. Ha evolucionado, se podría afirmar, nuestra manera de ser y estar en el mundo y, en consecuencia, también las relaciones entre los distintos actores protagonistas en el panorama internacional donde destacan, también, las empresas. Para debatir y hablar precisamente sobre ello, Grupo Joly organizó un Desayuno de Redacción donde varios expertos y representantes del tercer sector y el ámbito que nos ocupa –moderados por Alberto Grimaldi, jefe de Economía de Grupo Joly– mantuvieron un jugoso debate sobre El papel de las empresas en la cooperación al desarrollo.

Desde el primer momento los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propuestos por las Naciones Unidas, donde se exponen los principales ejes de cambio incluidos en las metas a alcanzar en el horizonte 2030 fue el marco donde se desenvolvió gran parte del diálogo.

María de la Luz Ortega, directora de la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo de la Junta de Andalucía (AACID), destacó, en esa línea, el III Plan Andaluz de Cooperación para el Desarrollo para el periodo 2020-2023 (PACODE), cuya nueva estrategia, aprobada por unanimidad, marca igualmente nuevos objetivos con el fin de contribuir a la satisfacción de las necesidades básicas de la población andaluza, adelantando la importancia que la empresa tiene en ese contexto donde, enfatizó, "todo está relacionado". Sin empresas, aseguró Ortega, "no existe desarrollo económico, social ni medioambiental. Se tienen que conjugar a la vez esos tres parámetros para que se logren objetivos más positivos para la población y el planeta".

Y es que, planteó, "la economía es importante en este escenario que nos ha tocado vivir, pero también la calidad, por lo que hacer un desarrollo inclusivo y sostenible para todos es fundamental. Para ello, formar parte de la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 y llevarla a cabo es indispensable y, la empresa, hemos de reconocerlo, se ha subido al carro de esa nueva orientación enseguida". Los 17 ODS, dentro de la agenda internacional, marcan la hoja de ruta a seguir comprometiendo a todos los actores. En ese sentido, insistió Ortega, “desde la Administración pública debemos generar espacios de encuentro y complementariedad y favorecer el desarrollo de esos tres pilares básicos –economía, desarrollo y medio ambiente– para conseguir esos fines”.

Antonio Bonet, presidente del Club de Exportadores e Inversores Españoles, organización empresarial multisectorial sin ánimo de lucro, cuyo objetivo es promover los intereses de la internacionalización de las empresas españolas (y cuyos socios representan el 50% del stock de inversión española en el extranjero), puso énfasis también en que el cambio de modelo, debe tornarse en una nueva mirada hacia las empresas ya que, por cierto, recalcó, "sin empresa privada que funcione no es posible un desarrollo económico". En el ámbito de la Cooperación al Desarrollo, apuntó, las enseñas tienen dos papeles fundamentales: "Por un lado, crear riqueza y empleo con sus fábricas y venta de productos y, de otra parte, adherirse o poder optar a programas públicos o concursos donde contribuir con su eficiencia a la hora de ejecutar fondos. Países como Inglaterra, por ejemplo, ha contado con empresas privadas que, previo concurso internacional, han ejecutado proyectos de desarrollo".

En esta línea de eficacia y eficiencia, cualquier empresa puede jugar un papel relevante en este ámbito. Como, otro ejemplo, Japón, "que trata de promover el uso de la tecnología en países en vías de desarrollo ayudando al país receptor a mejorar sus infraestructuras y, al mismo tiempo, a sus pymes para que participen con sus productos. Son formas prácticas público-privadas que están teniendo resultados", añadió Bonet.

Distintas miradas, un mismo objetivo

Emilio García de la Torre, presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Médicos (CACM), aportó otro enfoque desde una perspectiva más humanista. "La clave de la profesión médica es la hermandad y la solidaridad”, aclaró. "Dentro del Consejo Andaluz de Colegios de Médicos se está poniendo en valor lo que hacen precisamente los galenos en acciones de solidaridad". Está claro, explicó, "que no somos empresas, pero buscamos el espacio sociosanitario y contribuimos a la mejora de la vida en países en desarrollo construyendo también hospitales, dispensarios...". La financiación en este caso, recalcó, "es nuestra y todos los médicos que van como cooperantes lo hacen de manera altruista". García de la Torre adelantó que en mayo del próximo año habrá un Congreso Andaluz sobre Cooperación Internacional y uno de los temas que se abordarán será "el desarrollo del negocio sanitario que va a generar riqueza y servicio para el bien de estos países".

En el turno del delegado en Andalucía, Extremadura, Canarias, Ceuta y Melilla de Médicos Sin fronteras, Carlos Bustamante, pudo explicar que desde MSF lo que hacen es ayuda humanitaria. Partiendo de esa base, "el papel de la empresa es importante teniendo siempre en cuenta los Derechos Humanos y que su actividad sea coherente con los mismos (no contribuir, por ejemplo, al racismo o la xenofobia), ya que ese proceder ejemplar se permeará a mucha gente".

Una actuación apoyada por José Antonio Muñoz, Economista y miembro del equipo de Analistas Económicos de Andalucía, quien destacó igualmente el papel de la cooperación como pieza clave en la política internacional, suponiendo "la puerta de entrada a muchas empresas y la posibilidad de ganar peso en distintas instituciones internacionales".

Uno de los momentos de la mesa de debate donde aparece, de izquierda a derecha, Santiago González, Sonia Díaz, Emilio García de la Torre, María de la Luz Ortega, Alberto Grimaldi, Antonio Bonet, Carlos Bustamante y José Antonio Muñoz. Uno de los momentos de la mesa de debate donde aparece, de izquierda a derecha, Santiago González, Sonia Díaz, Emilio García de la Torre, María de la Luz Ortega, Alberto Grimaldi, Antonio Bonet, Carlos Bustamante y José Antonio Muñoz.

Uno de los momentos de la mesa de debate donde aparece, de izquierda a derecha, Santiago González, Sonia Díaz, Emilio García de la Torre, María de la Luz Ortega, Alberto Grimaldi, Antonio Bonet, Carlos Bustamante y José Antonio Muñoz.

Los países emergentes, añadió, "han incrementado su peso en la política exterior y se ha podido observar, según los últimos indicadores, cómo se ha trasladado el nivel de cooperación desde el Atlántico Norte hacia Asia y el Pacífico, fundamentalmente con la presencia de China. De hecho, a medida que se ha ido incrementando el papel de la empresa en la cooperación, la estrategia de esos países se ha ido acentuando más en esa línea".

El punto de vista de la Universidad lo aportó Santiago González, técnico de Cooperación de la Oficina de Cooperación al Desarrollo de la US, quien quiso recordar que la Universidad es un actor que de, alguna manera, tiene similitudes con la empresa en este ámbito. "Aparece en los documentos legislativos de la Cooperación española, prácticamente desde sus inicios, hace más de 20 años, pero ha tenido un papel muy residual". En los últimos 10 años, reconoció, "nos hemos convertido en un actor más relevante".

El sector privado aparece reflejado en la Ley de Cooperación de 1998 donde, obviamente, "tiene su espacio de participación". En el ámbito internacional, "la empresa se hace muy relevante en la Cooperación al Desarrollo y tiene que ser un actor elemental", afirmó.

Sin embargo, González remarcó, por último, "la legitimación social para entrar en esos espacios de colaboración al desarrollo en igualdad de condiciones como lo pueda hacer las universidades o las ONGs. Y ahí el PACODE, ya mencionado, tendrá un papel fundamental".

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