"Los jefes deben dar ejemplo de buen humor sin llegar a ser Buenafuente"

La consultora fundada por Eduardo Jáuregui fomenta que los empleados se diviertan en el trabajo como factor para elevar la productividad de las empresas

Eduardo Jáuregui, con el paraguas 'anticrisis' símbolo de su empresa.
Eduardo Jáuregui, con el paraguas 'anticrisis' símbolo de su empresa.
Alejandro Martín / Sevilla

30 de mayo 2010 - 05:02

Un cheque por valor de un "millón de chascarrillos, jocosidades y retruécanos". Éste es el obsequio que recibió la Bolsa de Madrid el pasado 8 de abril con motivo del III Día de la Diversión en el Trabajo, una idea lanzada desde la consultora Humor Positivo. Suena a broma, pero para su fundador, Eduardo Jáuregui (Oxford, Reino Unido, 1971), el humor en el entorno laboral no sólo es algo muy serio, sino que además puede mejorar la productividad de las empresas. Ikea, La Caixa, Gas Natural o Mercedes Benz pueden dar fe de ello, ya que son algunos de los clientes de Humor Positivo. Jáuregui, que participó en el último Encuentro Directivo de Cajasol, explica las claves de su éxito.

-Eso de diversión en el trabajo suena tan incongruente como inteligencia militar, que diría Groucho Marx.

-Nuestra idea del trabajo es que debe ser algo no sólo gris, solemne y cuadriculado, sino incluso sufrido. Que nos digan (cambia la voz) González, ¿está sonriendo? No, no, sufro, sufro. Y luego te vas al ordenador para demostrar que sufres. En cambio, los psicólogos están viendo que el humor y las emociones positivas son las que nos preparan para el trabajo y contrarrestan el estrés. Nos hacen más creativos, nos permiten tomar mejores decisiones, nos ayudan a crear relaciones sociales.

-¿Cómo surgió la idea del Día de la Diversión en el Trabajo?

-No es nuestra. Lo inventó una consultora norteamericana que se llama Playfield. Ellos eligieron el 1 de abril, que es como nuestro Día de los Inocentes, para reivindicar la idea de que en el trabajo no sólo hay lugar para la productividad, sino que esto revierte incluso en una mayor productividad. Lo único que hemos hecho es traerlo aquí.

-¿El humor nos ayuda a superar la crisis?

-No ayuda a superar la realidad objetiva. Pero sí a cambiar la forma en la que nosotros la interpretamos. La actitud humorística es decir: tenemos que aguantar este chaparrón, pero a ver de qué manera le buscamos esa chispa para ir tirando.

-¿El trabajador español es más pesimista que los de otros países?

-No. Lo que pasa es que nos hemos creído que para ser europeos tenemos que poner una cara muy seria y solemne. A lo mejor hay aspectos de nuestra cultura mediterránea que vamos perdiendo por querer ser más papistas que el papa.

-¿El humor puede mejorar los resultados de una empresa?

-Es muy difícil medirlo científicamente. Lo que sí sabemos es que las emociones positivas, incluida la risa, nos vuelven más creativos y facilitan las relaciones, ya sea internamente o con los clientes. Hay ejemplos de empresas que lo han llevado muy lejos. Google es el más conocido. Hay una aerolínea que se llama Southwest, que presenta las instrucciones de seguridad antes de despegar como si fuera un monólogo cómico. Dicen: "damas y caballeros, esto es un vuelo de no fumadores. Si cogemos a alguien fumando le invitaremos a sentarse sobre el ala donde podrán ver la película Lo que el viento se llevó". Parece algo frívolo, pero consiguen que la gente escuche las instrucciones, que es objetivo final, y que esté menos nerviosa.

-¿Cómo se puede incentivar el humor en una empresa?

-Lo más importante es que exista la percepción de que hay permiso. No se trata de montar grandes eventos o comprar un billar o un futbolín. Hacer las cosas con rigor, con disciplina, incluso con cariño. Hay empresas que lo hacen muy bien y otras que tienen miedo de dar responsabilidad a sus empleados. Una de las maneras de dar permiso es que los propios directivos den ejemplo. Tampoco quiero decir que se conviertan en Buenafuente. Pero sí que muestren un lado más humano.

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